Fue la novena edición de los 10K de Zaragoza el 8 de junio del 2014. Compitieron 4.000 atletas y venció el olímpico Eliseo Martín. El montisonense quería batir la plusmarca de la carrera en poder de Ouais Zitane con 29.46. Pero Martín fue víctima del intenso calor y se conformó con acabar en 30.54. Al inicio de la carrera a las diez de la mañana la temperatura era de 27 grados.

Esta incidencia provocó un reguero de afectados. Un total de 213 corredores sufrieron lipotimias, desmayos y caídas y una treintena taquicardias y lipotimias. Esta mañana saldrán a las nueve y media de los aledaños del Príncipe Felipe 5.000 corredores, entre ellos Toni Abadía y Carlos Mayo. El peor enemigo de los corredores se presume que será el calor. En la salida se esperan 21 grados centígrados.

Para Martín quedó grabado su triunfo del 2014. «Fui a ritmo de principio a final para hacer una buena marca. La sensación de agobio por el calor en el kilómetro cinco era muy evidente. Bebía a sorbos cortos tras el avituallamiento y me echaba agua por encima para ir refrigerado. Quería quitarme la sensación de la boca con la garganta seca», recuerda. Ese día el calor cogió por sorpresa a los participantes. «Los primeros calores son peores que en pleno verano cuando se está acostumbrado al calor», apunta.

A favor de los participantes hay que decir que 10 kilómetros no es una distancia muy larga. «Si nos sabemos hidratar antes de la carrera y hasta una hora antes de la salida no debe haber problema». Recomienda para esta mañana llevar un ritmo adecuado. «Hay que tener más prudencia de lo normal. Se nota el subidón desde el kilómetro cinco y el cuerpo va al límite. Una manera de combatir el calor es ir entre 5 a 8 pulsaciones por encima del pulso normal. Eso hace que se tenga que bajar el ritmo», indica Martín.

Chema Artero también disputó esa edición. Es entrenador nacional y dirige la escuela de atletismo del Running Zaragoza. «Lo básico es bien hidratado y beber líquidos los días previos a la carrera. No renunciar a ningún avituallamiento y beber un cuarto de litro cada cinco kilómetros de carrera». También hay que refrescar partes del cuerpo como «la nuca, la cabeza y las axilas. No está de más usar una gorra o una visera. Una posibilidad es remojarla», afirma Artero.

Otro aspecto muy importante. «Adaptar el ritmo a las circunstancias de carrera. Hay que adaptar el ritmo al calor y correr más lento de lo planteado inicialmente. Si pretendes llevar el ritmo a toda costa, eso generará serios problemas a nivel de termoregulación», dice. Cuatro son los enemigos climatológicos del corredor: el frío, el calor, la lluvia y el viento. «Los peores son el viento y el calor. Pero por seguridad es peor el calor. El viento perjudica la marca, pero no genera riesgos para la salud. Lo que más perjudica a una carrera es un día de mucho calor», reconoce.