Después de la derrota, Manchester reflexiona. Un balance prematuro olvida la narrativa del primer año de Pep Guardiola en Inglaterra, de aprendizaje, de altos y bajos, donde un terremoto en el estadio Louis II cobra cierto sentido, para recuperar el discurso que envolvió la llegada del técnico de Santpedor: llevar al City al siguiente nivel y practicar un fútbol nunca visto en la Premier League.

Si el fútbol fuera matemático, el City nunca podría haber caído ante el Mónaco. Pero lo hizo. Un rival ilusionado superó a un City que está a medio camino de todo, aún en proceso de comprender su nueva identidad. Las contraportadas deportivas de la prensa inglesa, los juegos de palabras y las críticas feroces pueden agruparse todas juntas en el artículo del periodista James Ducker en The Telegraph. «Si Manuel Pellegrini hubiera presidido este equipo, habría sido destrozado», titula. En el texto añade seis consideraciones, las seis decisiones impopulares de Guardiola a ojos ingleses: la cesión de Joe Hart, la suplencia de Agüero en el Camp Nou, Kolarov jugando de central, la omisión del lesionado Kompany, la insistencia con la salida con balón desde atrás y no haber reforzado los laterales.

En realidad, la crítica esconde una negación al cambio estructural del equipo. La columna vertebral ha sido removida en los últimos tiempos. Hart, Kompany, Touré y Kun Agüero. Los tres primeros futbolistas, con una personalidad y liderazgo muy marcados. Un cambio de guardia que resultaba obligatorio tras la imagen ofrecida la temporada pasada. Guardiola iba en serio con su revolución. Quizás la imagen tibia que se ofreció en Mónaco, la ausencia de un extra competitivo, pueda explicarse por la necesidad de maduración de los nuevos líderes del vestuario.

Al City le faltó un extra. Y Guardiola habló de un «extra» la semana pasada. «Me encantaría tener más jugadores ingleses. El problema es que son caros. Cuando estaba en Barcelona me gustaba trabajar con ellos, en Alemania también, porque sienten algo especial, te dan un plus».

Sterling fue de los futbolistas que levantó al equipo en el segundo tiempo de Mónaco. John Stones, cuando recupere la fe, tiene madera de líder. La generación de futbolistas sub-17 y sub-19 de la Academia citizen promete ofrecer futbolistas de primer nivel en poco tiempo, pero Pep Guardiola necesita acelerar esta evolución.

Espíritu más que nombres

Es evidente que el Manchester City requiere refuerzos en los dos costados. Sin embargo, el problema real no parece tanto de nombres. Guardiola señaló el día de su presentación su primer objetivo: «Cuanto antes mejor, intentaremos crear un espíritu de equipo. Necesitamos crear algo especial entre nosotros. Esto es lo más importante y el resto ya vendrá». A medio camino, el City necesita un espíritu más fuerte como equipo.