Teresa Perales aterrizó anoche en suelo aragonés con su amplia sonrisa habitual y seis medallas colgadas del cuello. Tras descender del avión que la trasladó hasta Zaragoza desde Barcelona --adonde había llegado a media tarde procedente de Atenas--, la nadadora recibió el cariño del medio centenar de aficionados que acudieron al aeropuerto, entre los que se encontraban la mayoría de sus compañeros del Partido Aragonés en las Cortes de Aragón --donde Perales es diputada--, y mostró orgullosa su botín conquistado en los Juegos Paralímpicos: dos oros, una plata y tres bronces que engordan sustancialmente su palmarés, donde ya habitaban cinco medallas obtenidas en la cita de Sydney-2000.

La deportista zaragozana comparecerá hoy públicamente para explicar su experiencia vivida en Grecia, país del que ha regresado como la deportista más laureada de la expedición española y donde el balance cosechado ha resultado inmejorable. Perales inauguró su participación con una inesperada victoria en la prueba de los 200 metros libres al imponerse a la favorita, la francesa Beatrice Hess, poseedora del récord mundial y paralímpico. Al día siguiente repitió éxito en los 50 metros espalda, aunque el color de la medalla en esa ocasión fue el bronce. El segundo oro llegó en la especialidad de Perales, los 50 metros mariposa, que colmó de felicidad a la nadadora. Su concurso en los 100 braza se saldó con un nuevo bronce, mismo metal que consiguió en los 50 libres. La única medalla de plata de Teresa Perales fue compartida con el equipo de 4x50 estilos, integrado por la también aragonesa Regina Cachán. Sólo la prueba de 4x50 libres no tuvo recompensa para la zaragozana.