Le preguntaron si sentía decepción. "No", contestó rápido. "Esa no es la palabra", precisó. Podría haberlo sido después de estar tan cerca del galardón más importante que se entrega en España. Pero no, Teresa Perales no pierde su sonrisa. Piensa en nadar y en ganar, volver a ganar: "Yo me siento ganadora porque me siento una tremenda privilegiada por representar al deporte paralímpico en España. Lo hago lo mejor que sé y el objetivo ahora es llegar a Río en las mejores condiciones". Así que la palabra no es decepción. Es respeto por la decisión y el premiado; es ilusión por el futuro; es orgullo.

Queda una pena, claro, porque estas oportunidades se van pero muchas veces no vuelven. Y porque pareció que esta vez el premio Princesa de Asturias estaba más cerca. "Tampoco me planteé la primera vez que alguien me propusiera. Han sido dos sorpresas que agradezco en el alma. Han surgido así y aunque el resultado no ha sido tan positivo como me habría gustado, insisto en mi respeto a la decisión y en la felicitación a Javi y el resto de finalistas. Estoy recibiendo muchos mensajes casi de condolencia, pero yo les digo a todos lo mismo: esto no dependía de mí. Lo que tengo que hacer es meterme al agua y entrenar un montón para pelear por un sueño que lleva mucho esfuerzo detrás", afirmó Perales, que tiene 22 medallas olímpicas, 11 mundiales y 14 europeas.

Ya no había nervios a las doce del mediodía de ayer, cuando el jurado dio a conocer que el triatleta Javier Gómez Noya era el ganador. "Ya estaba preparada porque como ya me enteré anoche (el martes casi a medianoche se conocieron los cuatro finalistas) de que no pasaba a la final, he venido a nadar con tranquilidad y pensando que lo que está en mis manos es intentar ganar las medallas en Río. La palabra no es decepción. Todo mi respeto a los miembros del jurado, que tenían una decisión complicada con un montón de deportistas importantes sobre la mesa, y felicitar a Javi Gómez Noya, un triatleta fantástico que nos ha demostrado durante un montón de años que tiene mucha valía deportiva y humana. No me quiero olvidar de los que apoyaron mi candidatura, de los que inicialmente la presentaron como Vicente del Bosque y de todos los deportistas que se adhirieron después, y de todo el público que ha estado dando tanta guerra en las redes sociales para dar un poco de nombre al movimiento paralímpico".

Así que los Juegos vuelven al primer plano. "Quedan 91 días todavía por delante, pero ya tengo muchas ganas de que lleguen y ver el resultado final. Han sido cuatro años de preparación, pero creo que ha sido el ciclo paralímpico en el que más medallas he ganado de toda mi carrera deportiva. Ya solo falta el broche de oro de Río. Si puede ser un broche con más de un oro, mejor", dijo la nadadora zaragozana, que no se plantea fallar a la cita brasileña pese al virus Zika: "Le muestro mi respeto al mosquito, al virus. Pero no solo al zika, también al dengue y a todas las enfermedades de otros países en los que te ves más expuesto. Yo llevo cuatro años preparándome para los Juegos, pero aunque me da respeto, con las noticias que hay hoy en día no me planteo no ir".

Los retos están claros otra vez, son de metal. "Quiero ir a Río y ganar, ese es mi objetivo y mi mayor sueño en estos momentos. El problema para un deportista es que si tienes la mala suerte de desarrollar la enfermedad, se te viene abajo toda la preparación. Hay que estar prevenidos y tomar todas las precauciones que nos han recomendado: ropa larga, vacunarse y llevar mucho repelente. También he de decir que los nadadores tenemos una ventaja y es que el olor a cloro y lejía echa para atrás", concluyó entre risas.