Ya se utilizaba en el ciclismo, en la fórmula 1 y en el fútbol americano, pero en el deporte rey, tan poco dado a cambios tecnológicos, es una novedad, una auténtica revolución que ha cogido por sorpresa a la mismísima FIFA. El portero belga del Genk, Jan Moons, utilizó el pasado 16 de enero un auricular para comunicarse mejor con su entrenador Guy Martens. Su equipo venció al Brujas (1-0) y el pasado sábado volvió a jugar, con menor fortuna, con el pinganillo en la oreja. La medida no está prohibida, pero el máximo organismo futbolístico se reunirá en febrero para tratar el asunto. En España, el artilugio también ha sorprendido. Los técnicos de Primera consultados por este diario discrepan sobre la conveniencia de esta tecnología.

Lagunas en el reglamento

El artículo 4 de las reglas del juego sólo especifica la prohibición de objetos que puedan resultar peligrosos para el propio jugador o para el contrario, con una mención explícita para las joyas. El meta del Genk se coloca el pinganillo en la oreja derecha con un esparadrapo. "Es cómodo y eficaz. Antes tardaba cinco minutos en recibir las instrucciones. Ahora es inmediato y puedo ubicar mejor a los defensas. El único problema son las interferencias de los móviles de los espectadores", cuenta el portero.

El equipo técnico del Genk buscaba desde hacía seis meses una forma para transmitir las órdenes con más eficacia y eligieron al portero como conejillo de indias . "Es una revolución en el fútbol. Si la FIFA lo autoriza, lo emplearé de inmediato", dice el seleccionador de Bélgica, Aime Anthenuis. La FIFA tratará este tema en su comisión ejecutiva, el próximo 6 de febrero, y la International Board, organismo competente para modificar los reglamentos, analizará la problemática en su reunión anual, el 28 del mes que viene. El técnico del Genk pretende utilizar el auricular con todos sus jugadores.

En España, las opiniones de los entrenadores son dispares. "Todos los técnicos tenemos el problema de que los jugadores no nos oyen bien. Si la FIFA lo acepta y no es peligroso, puede ser útil, pero el fútbol sería menos imprevisible", dice Rafa Benítez, técnico del Valencia, quien recuerda que Wanderley Luxemburgo ya era partidario de un aparato similar en Brasil. "Sería una ventaja, pero estoy en contra. No se puede permitir. Se cortaría la capacidad inventiva del futbolista", comenta Miguel Angel Lotina.

Cambios de sistema

Fernando Vázquez defiende el uso del pinganillo. "Es una idea muy buena. Facilitaría mucho los cambios de sistema y las modificaciones tácticas durante el partido". Eso sí, Vázquez cree que lo ideal sería que el auricular lo utilizasen "uno o dos jugadores, los más carismáticos", opinión que comparte Luis Aragonés: "Esta tecnología es buena, pero el portero no es el idóneo. Un central o un centrocampista son los ideales". Javier Aguirre, en cambio, opina que la mayor utilidad es para el portero. "El jugador puede salir del campo y hablar con el míster pero el meta no puede abandonar su área sin riesgo. Si funciona, lo probaré la próxima pretemporada".

Uno de los técnicos más conformes es Lucas Alcaraz. "Me parece muy bien el uso, sobre todo en los estadios con mucho público. Es muy útil en faltas, córneres y para corregir posiciones. Es un síntoma de que el deporte se perfecciona", dice el técnico del Racing. El más tajante es Juande Ramos, del Málaga: "No estoy de acuerdo. No sirven para nada".