Con solo 16 años, Ana Carrasco debutó en el Mundial de Moto3 en el Gran Premio de Catar del 2013, siendo la segunda mujer, tras Elena Rosell, en disputar una carrera. No quedó ahí su irrupción ya que, en Malasia, logró un punto que le permitió ser la primera piloto española en lograrlo. Ese mismo año, en el circuito Ricardo Tormo de Cheste terminó en octava posición. En las temporadas 2014 y 2015 siguió con KTM en Moto3, aunque los resultados no fueron los esperados ya que, según la murciana, «no he tenido el apoyo y el material que se necesitaba en ese momento».

Gran parte de la culpa la tiene la falta de patrocinadores, algo indispensable para que los equipos confíen en los pilotos. «Está complicado tener patrocinadores por la actual situación, pero sí que pienso que es más difícil que un patrocinador crea que una mujer pueda ganar un Mundial. Es más fácil que se piense que un hombre puede hacerlo. En los últimos años no he podido contar con material competitivo por la falta de patrocinadores. Hasta que una mujer no gane un campeonato y demuestre que se puede hacer es difícil que la gente lo crea, pero si nadie ayuda… Es como el pez que se muerde la cola», añade.

Tras su experiencia en Moto2 del CEV, ahora emprende una nueva aventura en Supersport 300, donde su equipo, el ETG Racing, «cree que puedo ganar el campeonato», y por ello le ha demostrado tanta confianza que solo tiene a la murciana como piloto. «Nuestro objetivo es luchar por ganar la carrera y el campeonato. Estoy muy contenta con el equipo, llevamos poco tiempo trabajando juntos pero estamos todos en la misma línea y eso es lo importante», afirma. En Motorland comienza su andadura y su futuro, ella lo escribirá.