El Barcelona dormirá como líder de Primera División por quincuagésimonovena jornada consecutiva después de golear esta noche al Málaga (3-0) en un encuentro plácido para el conjunto azulgrana.

La actuación de Willy Caballero bajo los palos impidió que el conjunto malacitano, que suma cuatro partidos sin ganar y sin marcar un gol, se marcharse del Camp Nou con un correctivo mayor, puesto que el Barça tuvo una docena de clarísimas ocasiones para aumentar la cuenta.

Pese al importante caudal de juego ofensivo que los locales desde el inicio, tuvo que ser un defensa, Gerard Piqué, quien llevara la calma a las gradas y encarrilara el partido para su equipo a la salida de un córner. Fue el justo premio a una primera mitad de claro dominio azulgrana.

El Barça aceleró tras la reanudación. Tenía ganas de finiquitar el partido y lo hizo más pronto que tarde. Entonces apareció Messi en su versión de repartidor de caramelos. Un poco más retrasado de lo que en él es habitual, como en el partido de Copa ante el Levante, le regaló el segundo a Pedro, que recortó bien y puso el balón con rosca a la base del palo de Caballero. El propio Messi iniciaría la jugada que acabaría con el gol de Alexis, que solo tuvo que empujar el balón que le sirvió Pedro.

El duelo dejó de tener emoción, si aun tenía alguna, con media hora por jugarse. El Málaga solo inquietó a Valdés en un tiro lejano de Duda y el Barcelona quitó el pie del acelerador. Los minutos finales sirvieron para que Afellay volviera a sentirse futbolista después de llevar una eternidad en la enfermería.