Los jugadores del Reus se plantan. La situación es insostenible y, aunque era un secreto a voces, los futbolistas del club tarraconense hicieron público ayer un comunicado con diez puntos en sala de prensa y sin contestar preguntas en el que confirmaban la denuncia de sus contratos. El lunes a las 23.59 horas, tras cinco días hábiles una vez formulada dicha denuncia, se acaba el plazo para abonar los tres meses de nómina que deben a los jugadores. Si el club o un nuevo inversor no paga los aproximadamente 700.000 euros que se deben, los futbolistas saldrán de la entidad.

El de ayer fue un paso previo y necesario para la llegada de Miguel Linares al Zaragoza. Si en la medianoche entre el lunes y el martes no hay solución, el Reus se quedará sin fichas profesionales y sin poder inscribir, por lo que cada jugador será libre de firmar por otro club, aunque no podrá debutar hasta el 1 de enero, fecha de apertura del mercado.

El delantero aragonés, natural de Fuentes de Ebro, será la única incorporación que acometa la entidad blanquilla en enero procedente del Reus. Previsiblemente habrá más movimientos, tanto salidas como entradas, pero procedente del club tarraconense solamente el veterano ariete.

Ayer fue una mañana complicada y con cierto toque esperpéntico. Antes del comunicado de la plantilla, el técnico del Reus, Xavi Bartolo, se mostró especialmente optimista en cuanto al futuro más inmediato del club, pero acto seguido llegó el escrito de los jugadores en el que, además de exponer su visión y explicar lo sucedido, se mostró duro con la propiedad de la entidad.

«OTRAS CARAS»

Bartolo expuso ante los medios de comunicación un positivismo que sorprendió, sobre todo porque, a priori, solo es una sensación. «Hace dos días pensaba que esto se acababa, pero hoy he visto otras caras», declaró el técnico catalán, quien reconoció que tanto él como los jugadores y los empleados lo están pasando mal tras tres meses sin cobrar y sin encontrar, de momento, una solución definitiva al problema.

Bartolo opinó que «cuando estás en una situación límite como esta, a veces se consiguen más cosas en dos días que en cinco meses», por lo que ha dado su último voto de confianza a Joan Oliver, propietario del club.

Sin embargo, esa confianza la plantilla no la mantiene. Jesús Olmo, capitán del Reus, con el resto de la plantilla apoyando y presente, leyó el comunicado en la sala de prensa, que califica como «grave e insostenible» la situación que viven. En él cuentan que «en el mes de agosto nos propusimos poner todo de nuestra parte para, en una situación de inferioridad, llegar vivos al mes enero, ya que teníamos la promesa del club de que con el nuevo año la situación estaría resuelta a nivel económico» y que «el objetivo ha sido competir con dignidad» a pesar de estar «en clara inferioridad en relación al resto de rivales» debido a «la mala gestión y planificación económica del club». Por ello, prosigue, ahora «ya no hay ninguna salida para que nuestros derechos como profesionales sean garantizados».

También confirma el escrito que «la Liga propuso pagarnos las mensualidades adeudadas, aún sabiendo nosotros mismos que si a 30 de junio el club no pagaba dichas cantidades descendería administrativamente de igual forma», pero el vestuario no desea soluciones «parciales» ya que se convertiría en un «infierno».

De este modo, «gracias al convenio colectivo tenemos la opción de pedir la resolución de nuestros contratos y hemos decidido acogernos a este derecho porque entendemos que la situación ya es insostenible». «Hemos llegado a una situación límite después de tantas promesas incumplidas y viendo cómo algunos compañeros están viviendo una situación inadmisible para cualquier profesional», añade.

Por último, además de agradecer a la AFE «el constante esfuerzo y trabajo desarrollado» y a la Liga por poner «todo de su parte para ofrecernos una solución digna», los jugadores lamentan «profundamente este desenlace, sobre todo por la ciudad, por los empleados del Reus y por una afición que siempre ha estado a nuestro lado y que no se merece lo que esta viviendo». Así que el tiempo corre en contra de la entidad, que sigue buscando un inversor. Además, hoy podría ser el último partido de la historia del Reus ante el Córdoba.