Goran Drulic invitó a sus compañeros y al resto de la plantilla a comer ayer en un restaurante de las afueras de Zaragoza. La acción, habitual cuando Paco Flores estaba en el banquillo, ya que las comidas se repetían casi cada semana, no es tan corriente desde la llegada de Víctor al banquillo. En todo caso, el presidente Soláns quiso hacer piña la semana pasada con un almuerzo y en esta ocasión lo han querido hacer los jugadores por su cuenta de cara al decisivo choque frente a Osasuna.