Álvaro Vadillo es un hombre feliz y así lo demuestra en la banda izquierda del ataque de la Sociedad Deportiva Huesca. En el equipo oscense ha encontrado la estabilidad, la tranquilidad y, sobre todo, la sonrisa, esa que perdió en el Betis, club del que es canterano, y que en el equipo oscense ha recuperado. «Los últimos años no salieron como yo quería ya que no tuve la oportunidad de disfrutar de la continuidad que me hubiera gustado. Salí en busca de lo que estoy encontrando, que son minutos, confianza, cariño y sentirme uno más», reconoce.

El joven atacante, de 22 años, debutó en Primera División con el Betis en agosto de 2011 en Los Cármenes, 16 días antes de cumplir los 17 años. Su precocidad y su rendimiento con la camiseta verdiblanca le hicieron merecedor del cartel de promesa. Sin embargo, las lesiones se interpusieron en su camino. Primero, el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha cuando no hacía ni dos meses de su debut. Fue tras un desafortunado choque con Sergio Ramos y, en la pretemporada de 2014, llegó el turno de su rodilla izquierda en un encuentro amistoso ante el Marbella. Finalmente, este verano no renovó con el equipo andaluz y firmó libre por el Huesca a dos días de empezar la Liga ya que «fue el equipo que más confianza noté que me estaba ofreciendo. Después de todo lo que pasé en el Betis, buscaba el equipo que más interés y más disposición mostrara para tenerme en su plantilla, y ese fue el Huesca».

Además, ha vuelto a «sentirse futbolista». Huesca, como se vio recientemente con Fran Mérida, tiene algo especial que provoca que jugadores prometedores como el gaditano puedan reencontrarse con su mejor fútbol. La clave es «el cariño y la confianza», según Vadillo. Y añade: «Nadie es más que nadie y todo el mundo tiene el mismo trato».

Ha recuperado la sonrisa y la alegría en su fútbol, aunque el hecho de haber firmado tan tarde y de no haber tenido una pretemporada como tal han propiciado que, de momento, su estado físico no esté al cien por cien y todavía esté por ver al mejor Vadillo. «A principio de año me costó porque físicamente no estaba bien y los partidos no los acabo como querría, pero estoy mucho mejor con respecto a cuando empecé y acabaré mejor todavía», asegura el extremo. Pero esa circunstancia no quita para que Vadillo sea clave en el esquema de Anquela, como demuestran los números. Desde la séptima jornada, el gaditano ha sido titular en todos los partidos y ha logrado marcar tres goles.

Tan contento está en el conjunto altoaragonés que, aunque solo firmó por una temporada con opción a otra, «mi futuro lo veo en Huesca» ya que, recalca, «en estos últimos años no he disfrutado de lo que hago y eso es un problema a nivel deportivo y personal. En Huesca he encontrado una estabilidad que me hace muy feliz».

Objetivo ‘playoff’

Con la primera vuelta ya terminada, es hora de hacer balance y, para Vadillo, es «bastante positivo». Además, el andaluz es ambicioso y cree que «el playoff es el objetivo que nos tenemos que marcar en la segunda vuelta», a pesar, añade, de que «los últimos partidos en los que no hemos conseguido victorias nos han sacado de esa zona, pero estamos a solo tres puntos». Y motivos tiene de sobra para pensar en el objetivo de la sexta plaza: «Viendo el equipo y el grupo que tenemos, los entrenamientos, la calidad de los jugadores y la primera vuelta que hemos hecho, tenemos posibilidades de entrar en playoff. Si queremos hacer algo grande, lo primero pasa por creérnoslo nosotros mismos». El joven extremo gaditano ha vuelto a sentirse futbolista y así lo está demostrando en la banda izquierda de El Alcoraz.