Primero fue en Sabiñánigo. Y después vino Huesca, Zuera, La Almunia, Zaragoza y finalmente el domingo en Calatayud. Raquel Miró hizo pleno en la Copa de Aragón de cross. La atleta del Simply Scorpio no tuvo rival. En la prueba final pudo correr relajada con el gran premio decidido y fue casi toda la carrera junto a su compañera de entrenamiento Luisa Larraga. «Pasamos muchas horas juntas y decidimos romper la carrera porque Luisa se jugaba el segundo puesto», explica Miró.

Miró tiene en un pedestal a Larraga y para ella es un referente. «Cuando era juvenil presencié como era doble campeona de España de cross el 2002 en Vitoria. Siempre he soñado con ese título. Sé lo que entrena y los machaques que se pega en el parque. Yo soy muy competitiva y ella me aporta mucha serenidad», explica la atleta del Simply Scorpio.

De sus seis triunfos en la Copa Aragón se queda con dos. «Uno de ellos fue el doblete en La Almunia. El otro en la Copa Navidad. No había ganado nunca puesto que la vencedora siempre había sido Cristina Espejo», reconoce la zaragozana.

Esta es la segunda etapa deportiva de Miró. Y ahora está más fuerte que nunca. Comenzó a practicar atletismo a los ocho años en el Stadium Venecia con Merche Martín. «Llegué a ganar los crosses de Soria y de Fuendejalón siendo benjamín. Tenía una facilidad innata para correr. Era tan competitiva que me caía en las salidas». Después la empezó a entrenar Andrés Moreno. «Era un grupo de élite con los gemelos García y Luisa Larraga. Lo mejor fueron dos bronces en el mil del Nacional cadete en pista cubierta y el juvenil en 1.500». Pero Miró decidió retirarse del atletismo a los 20 años. «La pista no me gustaba. Estaba agotada y no tenía ganas de entrenarme. Ayudó en mi decisión conocer a Lorenzo, mi esposo. Y a los 22 años me quedé embarazada», recuerda Miró.

Pero hace cuatro años volvió a competir en cross. El primero fue el del Venecia. «Quedé tercera tras Noelia Bernad y Susana Ochoa». A continuación debutó en la Copa Bantierra. Fue en La Almunia. «Larraga estaba como un tiro. Pero no llegué muerta». Siguiendo los pasos de Natalia Rodríguez y Nuria Fernández, Miró se puso como una moto tras la maternidad. «Tengo dos niños. Samuel tiene ocho años e Izarbe cinco. Con mi marido nos turnamos en llevarlos al colegio. Aunque yo suelo entrenar por la mañana, Lorenzo me ayuda en las labores domésticas y yo me echo una siesta antes de ir a recoger a los niños por la tarde al colegio», explica. Ahora realiza unos pequeños trabajos por la tarde. Lleva la cantera del Venecia y a un grupo de madres corredoras.

Ahora llega la hora de la verdad. Afronta las dos grandes citas del cross. Este domingo el Campeonato de España de clubs en Oropesa con el Scorpio y, sobre todo, el Campeonato de España individual en Gijón el 12 de marzo. «El de clubs es corto. Me viene bien porque soy potente. El individual el año pasado fui la 27ª. Pero este, si quedo la 20ª mejor que la 25ª. Aunque la capitana es Marisa Casanueva», reconoce.