El Real Zaragoza vive a salto de mata entre problemas, muchos heredados de la nefasta gestión de Agapito Iglesias y otros, como el ERE que se está realizando, fruto de la iniciativa de los nuevos dirigentes, pero el caso es que en medio de la batalla entre empresa y trabajadores y con la huelga que llevó a retrasar el partido ante el Tenerife un día el equipo de Víctor Muñoz necesita ganar para no caer en un vuelo que le ha instalado en la zona de promoción por derecho propio, por indudables méritos, sobre todo su pegada, su capacidad para marcar sin tan apenas generar fútbol. Con dos victorias seguidas, ante Racing y Alcorcón, con 17 de los últimos 21 puntos tras siete jornadas sin perder y con tres triunfos consecutivos delante su gente se presenta el Zaragoza esta noche. Una buena tarjeta, sin duda

Si alcanza el póker de victorias consecutivas en su estadio frente a un Tenerife que todavía no sabe lo que es puntuar lejos del Heliodoro, su peor inicio a domicilio en 40 años, el Zaragoza mantendrá su estupendo vuelo y reafirmará su condición de candidato a subir. No lo parecía allá por agosto, cuando hubo que hacer una plantilla casi entera a toda prisa y con poco dinero, pero se lo ha ganado en el césped. Ahí, Víctor ha conseguido en tiempo récord un equipo que, como dice el propio entrenador, "sale solo", una señal magnífica, porque indica a la par y a partes iguales cohesión y bloque, dos virtudes fundamentales en cualquier categoría, mucho más si cabe en esta Segunda igualada, aunque menos que el curso pasado, y de un perfil futbolístico tan bajo.

A estas alturas y tras 10 jornadas el zaragocismo ya asume que va a ser difícil ver a su equipo jugar muy bien, controlar los partidos y dominar la pelota como lo hacen los equipos más virtuosos, que por cierto no los hay en esta Segunda. El Zaragoza de Víctor, sin embargo, es menos estético, pero más práctico y en Alcorcón alcanzó en la segunda parte un perfil muy reconocible: presión arriba, robo de balón y golpe letal al enemigo, con Borja como principal puñal, porque así lo acreditan sus 8 goles.

Hoy el Tenerife le dará la iniciativa y por ahí le cuesta al Zaragoza, que si logra un fútbol más fluido y marcar primero tendrá mucho terreno ganado para vencer y seguir con una racha excelsa. Con ese botín, mantendrá su fortaleza en La Romareda, donde aún no ha perdido, lo que hay que resaltar después de que en las dos últimas campañas cualquier rival asaltara el Municipal. Y, además, se situará empatado con Las Palmas en la tercera plaza y a solo un punto de la segunda, que es del Girona y da billete directo hacia la élite.

EL PRECEDENTE

Pero hay más. Con esa victoria ante el Tenerife el Zaragoza igualará la racha de 4 seguidas en casa, algo que no logra desde la 11-12, entonces en Primera y para sellar la salvación ese curso. Para lograrlo, Víctor mantendrá el mismo once que ganó en Alcorcón, con Jaime acostado a una banda tras ganarle el pulso a Javi Álamo y Eldin en la otra, con Borja y William arriba. Es decir, más remate y gol que juego. Esa es la baza. El técnico ha alargado una semana más el retorno de Pedro y deja sin vestir a Rico. Cabrera le convirtió en prescindible y ahora va a la grada.

Enfrente está un Tenerife que va a sufrir por seguir en Segunda después de que este verano se marchara Ayoze, su gran referencia y que ya golea en el Newcastle. Álvaro Cervera, que como Víctor repetirá once, cuenta arriba con Diego Ifrán, objeto de deseo zaragocista, y con el talento de Suso y Cristo Martín, con Aridane, de fugaz paso por el filial, y Uli Dávila como recambios. El Tenerife tampoco juega bien y es muy inconsistente a domicilio. Cualquier pesimista hablaría de un partido trampa. En manos del Zaragoza está no caer en ella para no frenar.