Esta vez no durmió con la Copa en la mesita del hotel, como en Roland Garros. El trofeo se lo entregaron el sábado por la noche en la gala tradicional de campeones en el edificio Guildhall, en la City de Londres. Pero como en París hace un año, Garbiñe Muguruza casi no pudo dormir de la emoción. «Me desperté muy pronto a las cuatro de la mañana pensando: ¿Es verdad? ¿Tengo Wimbledon? Y miraba el pin que me habían dado después de ganar. Y, sí, allí ponía que ya era miembro del club que es una de las cosas que dan a los campeones». La tenista española cuenta la anécdota en una sala de la casa de IMG, su mánager, en el número 20 de Lancaster Gardens en Wimbledon.

—Se ha despertado con su fotografía en todas las portadas que hablan de ‘Mágica Muguruza’, ‘Reina de Wimbledon’... ¿Cómo lo valora?

—Me gusta. Me parece que he ganado el torneo más prestigioso del tenis. Esa es la primera sensación, por algo dicen que es el gran torneo. Estoy encantada. Es un sueño hecho realidad.

—Un sueño que no es el primero que ha cumplido. El año pasado ganó en Roland Garros ¿Es distinto?

—Roland Garros es muy importante, pero ganar otro Grand Slam y, además Wimbledon es muy importante. Es algo que se sueña desde muy pequeñita y volver a verlo hecho realidad me parece increíble.

—Hace solo un mes se fue de Roland Garros llorando. Perdió el título y la afición francesa no se portó bien en su partido contra Mladenovic. Se fue con ánimo de revancha y dijo: ‘Tengo hambre de hierba’. ¿Está saciada?

—Cuando acabé París me dije a mí misma que lo que viví en el torneo me tenía que ayudar a muchas cosas. Aprender a gestionar los partidos, el público, la situación. Me dije: cambio de página. Voy a ir a muerte a por la hierba. Quiero demostrarme a mí misma que esto ya ha pasado y que tengo otra oportunidad. Y ahí está. Estoy contenta de que mi objetivo se ha hecho realidad.

—¿Vino a Wimbledon a ganar?

—Sí. Me encontré muy bien en las semanas anteriores. En Birmingham llegé a semis. En Eastbourne fue un visto y no visto pero me vino bien para centrarme en Wimbledon y preparar con tranquilidad el torneo junto a Conchita y todo el equipo.

—¿Ha sido Conchita Martínez un talismán?

—Me ha dado tranquilidad. Ella había ganado aquí. En el día a día hemos estado trabajando muy bien porque ya nos conocemos de la Copa Federación y se lleva muy bien con Sam (Summyk, su entrenador ausente por el embarazo de su mujer). Se hablaban cada día. Conchita ha sido una más en un gran equipo que me ha ayudado en este éxito.

—¿Cúal era su sentimiento durante estas dos semanas?

—Yo me sentía muy bien. Muy fuerte. Preparada tanto física como mentalmente. Me decía: ‘van a tener que sufrir para ganarme’.

—¿Cuándo vio que estaba realmente a punto para ganar?

—Creo que el partido contra Kerber me ayudó a creer realmente en mis opciones. Noté el cambio al jugar contra ella por la dureza del partido, por cómo gané. Superé una barrera importante. Fue una victoria buena.

—En la final el momento clave fue cuando salvó los dos sets balls.

—Sí, la verdad. Ella estaba muy dura, pegando fuerte, pero me dije: ‘Ten calma, relax, sigue igual que hasta ahora’. Solo pensé en ganar el punto cada vez. Quiero seguir jugando como en Wimbledon muchas veces.

—¿Y qué pensó cuando lo salvó y tuvo el saque para ganar el set?

—Uf...! Menos mal que gané el primer set porque había tenido dos set balls en contra y me decía: ‘tienes que salvarlos como sea’. Era muy importante y cuando lo gané me dije: ‘ya está encarrilado’.

—Y nueve juegos seguidos.

—Sí. Jugué muy bien y ella hizo varios fallos que no tuvo en el primer set y enseguida cogí la autopista.

—Es la única tenista que ha derrotado a las dos Williams en una final de Grand Slam.

—No lo sabía, la verdad. Me gusta jugar contra las mejores en las finales, porque demuestra que me he ganado el título y para mí tiene más valor ganar a las mejores.

—¿Qué objetivos tiene ahora?

—No lo sé. Soy ambiciosa. Quiero seguir ganado torneos importantes, todos los que pueda.

—Un titular para su triunfo.

—Ha sido el mejor torneo de mi carrera. Quizás ha habido momentos en los que he jugado mejor al tenis, pero me siento muy satisfecha por cómo he gestionado y he llevado todo.

—Dice que ha cambiado en su actitud y cómo afrontar los partidos. ¿Cuándo se produjo el cambio?

—He aprendido a contenerme, a saber llevar las situaciones con más calma. A veces soy muy explosiva. Y lo he conseguido. Sentía que había hecho muchos cambios, mejorado en todo, física y mentalmente, de juego, pero no llegaba el momento. Pero por fin lo he conseguido. He dado el puñetazo en la mesa otra vez.

—Ha cortado la lista de Williams que había en palmarés del torneo. ¿No está mal, no?

—¡Bueno! Aparecía 12 veces su nombre en el listado de campeonas. Ahora está el de Muguruza.