La comisión delegada de la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LFP) debatirá hoy la conveniencia de acelerar y ampliar la implantación de la tecnología en el fútbol español, prevista en principio para la temporada que viene solo en las rondas finales de la Copa del Rey, para acabar con episodios como el del gol fantasma no concedido al Barcelona ante el Betis, jugada en la que el balón llegó a entrar en la porteria 57 centímetros nada menos.

El club azulgrana trasladará a esa instancia sus quejas y su aspiración de que se pongan de forma inmediata los medios técnicos necesarios, tanto en la Liga como en la Copa, «para ayudar al estamento arbitral en la toma de decisiones». Así lo expresó ayer de manera oficial Josep Vives, el portavoz del Barça.

Los árbitros españoles, sobre el papel, también están por la labor de que el fútbol español se ponga al día en un terreno que las otras grandes ligas europeas empezaron a patear hace cuatro temporadas. En concreto, el ojo de halcón se utiliza en la Premier desde la 2013-14 y en las ligas alemana, francesa e italiana desde la 2015-16. No pueden adoptar otra posición después de lo ocurrido en el Benito Villamarín con el colegiado Hernández Hernández. Lo que no tiene claro el estamento arbitral es el sistema a utilizar para que los árbitros se equivoquen lo menos posible.

«Claro que la tecnología puede ayudar en la toma de decisiones. Decir lo contrario a estas alturas sería un auténtico disparate. Otra cosa es cómo y cúando hay que aplicar la tecnología en el fútbol. Nosotros no tenemos posición en ese aspecto. No decidimos estas cosas y ni siquiera nos preguntan», declaró a EL PERIÓDICO Manuel Díaz Vega, director técnico del Comité Técnico de Árbitros. «Hay un reglamento que edita la FIFA y luego hay instructores y personas que acercan la intención del legislador a los árbitros en las cuestiones más habituales», explica Díaz Vega, que no se pronuncia por el sistema más adecuado a utilizar ni analiza lo que se hace en otras ligas importantes.

«SIN ESPECIALISTAS» / «Conozco lo que tiene UEFA en Champions, que mediante un sensor avisa al árbitro cuándo el balón traspasa la línea... Soy el primer partidario de la tecnología, siempre y cuando la propia tecnología decida por sí misma. Cuando la tecnología tiene que someterse a la opinión de especialistas, como ocurrió en el último Mundial de Clubs, seguro que vamos a tener opiniones diferentes», añade el director técnico del CTA.

Como motivo principal del retraso que el fútbol español sufre en el apartado de la aplicación de innovaciones tecnológicas en ayuda de los árbitros, late el enfrentamiento entre LFP y FIFA, que se niega a homologar el sistema con el que desde hace varias temporadas trabaja la Liga, el Mediacoach, que permite analizar todas las acciones que se suceden y que naturalmente incluye la detección de manera inmediata las jugadas de gol fantasma.

El gran problema es que la FIFA exige 4 millones de euros por homologarlo, por lo que la propia Liga ha decidido esperar a la implementación del VAR por parte del organismo internacional —el videoarbitraje para jugadas trascendentes más allá de los goles fantasma— y que levantó una gran polémica en el último Mundial de Clubs. La propia Liga, al parecer, ya propuso probar con el VAR en esta edición de Copa, pero el CTA considera que aún está en proceso de mejora y debe ser sometido a un rodaje.