Cinco de los ocho partidos de los octavos de final han llegado a la prórroga (un récord desde 1938) y dos han necesitado el desenlace de los penaltis. La igualdad entre los participantes ha sido una de las características del Mundial, igual que las dosis más altas y más frecuentes de buen fútbol y a la realeza mundial (Brasil, Alemania, Argentina...) le han salido rebeldes respondones (Colombia, Costa Rica y Bégica) que han decidido instalarse en el palacio.

El protagonismo de los delanteros ha cedido ante el apogeo de los porteros. Las excelentes actuaciones del alemán Manuel Neuer, el costarricense Keylor Navas y el estadounidense Tim Howard han reivindicado la ingrata labor del último futbolista del campo. Aquellos «a quienes critican cuando te vas a casa y no te recuerdan cuando has salvado a tu equipo o a tu país con tus paradas», según la reflexión del exmeta mexicano Jorge Campos.

LOS ARQUEROS

Howard bate un récord de paradas

Campos se consideró en su época un meta tan estrafalario como espectacular y ágil. Ninguno de los que se ha visto en Brasil se le parece. Ni por asomo. Tres veces mundialista, se confesaba ayer «impresionado» con Howard, que batió un récord de paradas que databa desde 1966: 16 balones detuvo ante Bélgica, uno que se decidió en la prórroga, cuando se marcaron los tres goles. «Para eso me trajeron», dijo Howard.

Más conmovido estaba Campos. «Lo que llegó a parar no lo había visto en mi vida», explicó el exmeta, que asistió al estreno del documental sobre Messi. El mexicano entiende que uno de los más completos del torneo ha sido Neuer, de quien glosó sus virtudes. «Hizo dos cortes fuera del área contra Argelia, cubriendo la espalda de los defensas, que nadie destacó», subrayó dolido.

Pese a caer eliminado ante Bélgica, Howard obtuvo el premio al Jugador más valioso. Por segunda vez. Igual que el costarricense del Levante Navas y el mexicano Ochoa. Ellos tres, más el brasileño Julio César y el argelino Rais han obtenido cinco de los ocho MVP de los octavos.

LA PRESIÓN

Brasil necesita que vuelva la psicóloga

Unos acertaron en retrasar la eliminación de su país (Ochoa, Rais) y otros fueron determinantes en la clasificación. Navas y Julio César por igual. En el mismo momento. En la tanda de penaltis. El brasileño se quitó de encima el disgusto del 2010, cuando un error suyo ante Holanda facilitó la derrota en el anterior Mundial. Sus lágrimas al final del partido contra Chile tenía mucho de liberación personal.

Y mucho de estrés, tal vez más. Lloró Julio César, lloró Neymar. lloró David Luiz, lloró Thiago Silva. Un mar de lágrimas fue Brasil pese a haber superado la eliminatoria. Luiz Felipe Scolari resolvió reclamar de nuevo los servicios de la psicóloga, Regina Brandao, ante el estado anímico de los futbolistas y la presión que sienten por ser los anfitriones. Thiago Silva no se atrevió a asumir la responsabilidad de un penalti pese a ser el capitán. «Chutaré el último», respondió el defensa a Scolari. No se refería al quinto de la tanda; se referían al undécimo si se demoraba tanto el desenlace.

LOS FAVORITOS

Messi sale al rescate otra vez de Argentina

Menos agónica fue la salvación de Argentina, rescatada a última hora por una carrera de Messi que puso el gol en bandeja a Di María. «Argentina tiene problemas de funcionamiento pero le aparece Messi, con el sentido de la oportunidad que le caracteriza, para resolver las situaciones complejas, que es lo que se le pide a un crack», fue el análisis de Jorge Valdano. Cuatro veces ha sido el delantero azulgrana el MVP en los cuatro partidos jugados. Uno en cuartos, como el francés Pogba y el colombiano James, también repetidor.

Valdano fue condescendiente con el juego de su selección, que se va salvando de la hoguera a la que caerá cuando se tuerza el primer resultado. «Tiene limitaciones y lucha contra ellas con mucho orgullo, pero me temo que Bélgica le va a exigir mucho más», afirmó.

LA TENDENCIA

El legado que dejó España en el 2010

Precisamente Bélgica encarna la progresión de los invitados sorpresa. «Se fueron selecciones importantísimas y están otras a las que no se esperaba», valoró Messi, aludiendo al próximo rival. Como Costa Rica, contra todo pronóstico, la superviviente del grupo de la muerte y, en menor medida, Colombia, impulsada por su nuevo valor James Rodriguez (22 años), la revelación, otro competidor que le ha salido a Messi y a Neymar, el estandarte de Brasil.

Entre las primeras se encuentra España, el vigente campeón hasta el día 13, que no ha sido capaz de defender con fuerza la corona que tanto le costó adquirir. Como consuelo, dejó marcada una tendencia. Una propuesta que ha pervivido cuatro años, que ha defendido con fidelidad pero con una sorprendente debilidad. «Hay muchos equipos que proponen y no esperan, y eso se debe en gran medida a España», valoró Valdano. La Colombia de José Pékerman es el ejemplo. El próximo rival de Brasil que amenaza con provocar un cataclismo.