Nada menos que 244 kilómetros separan Nyon de Wölhen. Y ésa es la distancia que recorrió el autobús zaragocista para jugar el partido de ayer. De largo, la mayor de una pretemporada donde los futbolistas no han padecido demasiado el gasto de los largos viajes por carretera, aunque les tocó la gran paliza justo al final, cuando el regreso de la expedición, con llegada a Zaragoza esta noche, ya está en las mentes y en los anhelos de todos.

El equipo pone punto y final a esta concentración de Suiza, ya que tras ejercitarse por última vez en Nyon por la mañana, los jugadores y el cuerpo técnico tomarán un vuelo por la tarde en Ginebra que les dejará en Barcelona, para completar el viaje por carretera y llegar a Zaragoza sobre las doce de la noche.

Víctor no quería que ninguna de las pruebas de esta concentración estuviera más lejos de unos 150 kilómetros del cuartel general en Nyon, pero la dificultad para cerrar el cuarto amistoso hizo que al final los deseos del técnico no se vieran cumplidos. Así, el Zaragoza estuvo un total de seis horas en la carretera para completar los 488 kilómetros de ida y vuelta a Wöhlen. Hasta ese momento, el Zaragoza se midió al Marsella en el mismo Nyon, al Benfica en Yverdon (120 kilómetros en total) y al Lyon en la localidad francesa de Annecy (180). Con los 488 que hicieron ayer, la cifra total se acerca a los 800.