Otro año más, el Zaragoza cumplió con la tradición e hizo el paseíllo de recepciones entre el Pilar y el Ayuntamiento como ceremonia oficial antes del arranque de la temporada y para presentar la Copa del Rey, acto que fue aplazado en su fecha por los atentados terroristas del pasado 11 de marzo. Encabezando la comitiva, Alfonso Soláns aprovechó su visita al consistorio para hablar sobre el tema de la remodelación de La Romareda. El mandatario mostró su preocupación ante los problemas de aforo que puede presentar el proyecto municipal si sigue el aumento creciente de abonados experimentado en las últimas campañas. "Podríamos llegar a los treinta y cuatro mil abonados y abrir una lista de espera, lo que obligaría al consistorio zaragozano a pensárselo dos veces a la hora de hacer la remodelación del campo", aseguró ayer Alfonso Soláns.

En sus palabras se notó su preferencia por la construcción de un nuevo recinto, proyecto suspendido por el actual gobierno municipal en favor de la remodelación del actual estadio. Según Soláns, una nueva reubicación sería la solución "más fácil, porque dejas uno viejo y vas a uno nuevo. Lo complicado es la remodelación porque nosotros queremos mantener siempre la comodidad de los abonados y la garantía de sus plazas en La Romareda en función de esa remodelación", espetó el presidente del club, preocupado por los problemas que pueden suponer para los aficionados las obras que coincidirán con el desarrollo de los partidos.

HASTA SEPTIEMBRE Por otro lado, Soláns mostró un carácter receptivo y dialogante en busca de un consenso para hallar una solución que favorezca a ambas partes, tanto al Ayuntamiento, como propietario, como el Zaragoza, como usuario de La Romareda. "Hasta septiembre no esperamos hablar con el Ayuntamiento y con la concejalía de Deportes de cuáles son los planes y a partir de ese momento colaboraremos. Hay que pensar que la afición debe soportar la remodelación, si se lleva a cabo, o la solución que se plantee", afirmó el máximo accionista del Zaragoza.

En cuanto a la temporada que hoy inicia y en concreto a las aspiraciones del equipo en la Supercopa, Soláns manifestó su ilusión, aunque comprende que el Valencia es un rival complicado. "Ojalá tengamos la excusa de volver al Ayuntamiento para celebrar este título", deseó el dirigente, que en su discurso ante Rosa Borraz, alcaldesa en funciones, pidió "seriedad, rigor, trabajo y esfuerzo" a sus jugadores. Aún más después de calificar de "enorme, tremendo", el esfuerzo del club para reforzar su plantilla.