Carlos García sabe que este puede ser su año y se ha sacrificado para asaltar la mínima olímpica. El atleta de Fuendejalón finalizó ayer una concentración en Granada junto a su compañero de entrenamiento Javier Ferrando. García ha trabajado duramente durante 27 días en las alturas de Sierra Nevada pensando en los Juegos de Atenas. Las dos primeras etapas las cubre en el mitin de Sevilla, donde corre hoy los 5.000 metros, y el próximo martes en el Gran Premio Gobierno de Aragón.

García y Ferrando han acumulado kilómetros y glóbulos rojos a la sombra del Mulhacén y el Veleta, en Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada, a 2.320 metros de altitud. "Empezamos la concentración el 9 de mayo y hemos acumulado mucho trabajo", dice el atleta del Adidas.

Los dos atletas aragoneses se han sometido a un estudio del Centro de Medicina del Deporte capitaneado por el doctor José Luis Terreros. "Antes de irnos nos hicieron un test de esfuerzo en el centro, otro en las pistas y una analítica. Cuando volvamos repetiremos las pruebas para comprobar las alteraciones que ha sufrido nuestro organismo", explica el zaragozano.

Vida espartana

La vida de ambos atletas ha sido "espartana. La verdad es que apetece volver a Zaragoza. Aquí solo hay un bar, un supermercado y no hay nada más que laderas de nieve y piedra", explica Ferrando.

García y Ferrando se levantaban todos los días a las nueve y cuarto de la mañana. "Entrenábamos a partir de las once y cuarto y después comíamos. Tras la siesta, a las seis, hacíamos la sesión de tarde". Tres días a la semana bajaban a las pistas de Granada para hacer el entrenamiento específico. "Normalmente llevábamos a cabo series de velocidad de 150 metros y entrenamientos intervalados de 400 metros", afirma Carlos García.

En la concentración han coincidido con Martín Berlanas, los hermanos Esteso, Antonio Jiménez, Iván Hierro, Alvaro Fernández y José Cerezo. "Nos quedamos los dos solos. El Penti y Hierro son los últimos que se fueron, el pasado lunes", afirma Ferrando.

Por las mañanas realizaban trotes de "unos doce kilómetros por pistas de esquí de fondo a 1.700 metros, en el Barranco de las Víboras", explica García, que se adaptó muy pronto a la altura. "Los primeros días me sentí un poco raro, pero me he adaptado bien". Sin embargo, Trivi lo pasó peor. "Al principio me asfixiaba en los trotes y estaba un poco mareado".

Las instalaciones del CAR de Sierra Nevada cuentan con "una pista de atletismo, una piscina de 50 metros, un módulo cubierto con una pista de 120 metros, un gimnasio, sauna y jacuzzi". En el poco tiempo libre que tuvieron bajaron a tomar "tapas a Granada", visitaron la Alhambra e incluso asistieron a "dos partidos del CAI Zaragoza".

Las dos primeras semanas nevó y granizó, "pero la tercera semana se ha estabilizado el tiempo. Ahora tenemos calor", dice Ferrando. No han subido al techo de la Península puesto que "hay mucha nieve todavía", afirma García.

Tras la concentración, García correrá en Sevilla el 5.000 entre "13.30 y 13.40 y en Zaragoza saldré a muerte frente a El Gerrouj. Pero no se cómo quedaré". El Trivi saldrá de liebre del 5.000 en Sevilla y competirá en el 5.000 de Bilbao y San Sebastián.