La pretemporada del Huesca ha sido algo irregular. Ha tenido sus más y sus menos. El club oscense ha ido poco a poco incorporando a futbolistas para su proyecto en la élite, pero estos refuerzos aún no han conseguido acoplarse al engranaje del equipo. Algo que se ha visto esta pretemporada. Queda mucho trabajo por hacer en este sentido.

El conjunto altoaragonés comenzó el verano con pocos cambios en la plantilla con respecto a la pasada campaña. Su primer amistoso de preparación ante el Lleida mostró algunos fallos en el sistema. Los de Leo Franco fueron muy superiores y consiguieron imponerse por 2-3, pero sufrieron mucho a la contra. Tras esta primera prueba llegaron dos derrotas consecutivas que encendieron las alarmas. Primero fue el Osasuna el que derrotó al Huesca por la mínima, y después llegó el momento más duro de la pretemporada con la derrota por 5-1 en El Burgo de Osma. El Numancia tiró por tierra en aquel partido la idea de los oscenses de salir jugando desde atrás.

En aquel encuentro el equipo dirigido por el técnico argentino trató de salir combinando, pero cometió muchos errores en el inicio de las jugadas y lo pagó caro. Para este partido la línea defensiva del Huesca estaba ya cerrada tras las incorporaciones de Semedo, Insua y Etxeita, pero aunque estos dos últimos fueron titulares ante el conjunto soriano, dieron muestras de su escasa participación en la dinámica del grupo, pues solo llevaban unos días a las órdenes de Leo Franco.

En busca de la solidez

Tras esta dura derrota llegó la victoria ante el Eibar. El conjunto altoaragonés renunció para este encuentro a salir con el balón jugado y se concentró más en tareas defensivas. Dos minutos le bastaron al Huesca para poner dos goles de ventaja sobre el conjunto armero con sendos balones a la espalda de la defensa que Longo y Cucho Hernández supieron aprovechar. Antes del descanso llegó el gol del Eibar tras una pérdida en campo propio y desde entonces el Huesca se olvidó por completo de atacar. El premio, una victoria de oficio.

Cuando parecía que la escuadra azulgrana había encontrado su modelo de juego, sufrió un pequeño revés en forma de derrota. El Oviedo de Anquela se impuso por 2-1 desde los once metros. El equipo oscense disputará su último encuentro amistoso este sábado a partir de las 19.00 horas ante el Alavés.

El Huesca arrancará la Liga con algunos deberes por hacer, buscando especialmente la seguridad defensiva que le caracterizó el pasado curso. El club seguirá pendiente de la llegada los dos últimos refuerzos: un portero que compita con Werner y un centrocampista.