Las previsiones no le fallaron al Casetas, y el equipo que entrena José Ignacio Soler consiguió doblegar al colista Majadahonda, consiguiendo una victoria que le permite finalizar la primera vuelta fuera de las plazas de descenso. De paso, el conjunto aragonés coge moral para enfrentarse el próximo domingo, de nuevo en el campo de San Miguel, a un difícil rival como es el Burgos.

Con menos espectadores de lo habitual --hubo una taquilla de alrededor de 280 personas--, con frío y fuerte viento y un terreno bastante duro, se jugó el enfrentamiento con el Majadahonda con bastante recelo, porque no hay que fiarse de ningún rival, aunque se trate de un colista. El Casetas tuvo la suerte de comenzar jugando a favor del aire y eso, unido a las ganas que pusieron los de José Soler, le permitió retirarse al final de los primeros 45 minutos con un parcial alentador de 2-0, merced al cazagoles Víctor Ramos y al oportunista Michel Salas. En lo que va de temporada no se habían marcado dos goles a favor antes del descanso.

Los madrileños tuvieron sus ocasiones más claras en los minutos 10 y 11 por medio de Javi Sánchez y de Dimars, pero sus tiros salieron flojos y desviados, a la izquierda de Luisen.

CAMBIAN LAS TORNAS Si en la primera parte el dominio fue absoluto del Casetas, y el resultado corto porque Grasa y Capella pudieron aumentar la cuenta, en la segunda cambiaron las tornas y el juego resultó dividido. Por un lado los caseteros raseaban el balón y daban buenas sensaciones, y por otro el Majadahonda puso mucha voluntad y se estiró para llegar al portal contrario con la ayuda del aire.

En el minuto 78 Gonzalo obtuvo el premio de marcar el gol del honor, pero se quedó sólo en eso. Al Casetas, que pasó apuros al final, le viene de perlas una victoria que le hace ver la segunda vuelta con más claridad y optimismo. Esta vez los mejores fueron Míchel, Emilio Salas y Ochoa, del Casetas, y Javi Sánchez y Manu del Majadahonda. La cara opuesta se la llevó el local Blasco, quien saltó al terreno de juego en el minuto 92 y se fue del San Miguel sin ducharse y con una cara que era todo un poema.