La muerte de Reeva Steenkamp, tiroteada a través de la puerta del baño por el atleta Oscar Pistorius al pensar que era un intruso, ha causado un efecto devastador en su familia, principalmente sus padres. "Les cuidaba extremadamente bien. No solo económicamente. No sé cómo han podido resistir", ha declarado este jueves Kim Martin, prima hermana de la novia del corredor y la primera testigo que el fiscal Gerrie Nel ha llamado a declarar en la vista que se celebra desde el lunes para imponer una pena al deportista por un delito de homicidio imprudente.

Martin, que se ha presentado como "la voz de Reeva" ante la imposibilidad de los padres para declarar por su estado anímico, ha ofrecido un testimonio conmovedor, interrumpido por las lágrimas, y ha asegurado que la muerte de su prima le afectó profundamente y que tuvo que medicarse por depresión y ansiedad. "Incluso mi hija ha ido a una institución que ofrece mecanismos de apoyo para jóvenes", ha agregado.

La testigo también ha repasado la historia laboral del padre de Reeva, Barry Steenkamp, que fracasó como entrenador de caballos de carreras y en otros negocios hípicos. La modelo --descrita como una persona "extremadamente trabajadora"-- se mudó a Johannesburgo para prosperar y ayudar a la familia y cada año pasaba al menos un mes con ellos en Port Elizabeth. Durante la declaración, Barry, visiblemente desolado, ha apoyado la cabeza sobre el banco del tribunal, mientras su mujer, June, le consolaba. En el otro extremo de la sala, Pistorius ha roto a llorar con la mirada al frente o dirigida al suelo.

La sentencia, esta semana

Previamente, Nel ha finalizado el interrogatorio a la trabajadora social Anette Vergeer, último de los cuatro testigos citados por los abogados de la defensa. La experta ha insistido en recomendar a la jueza Thokozile Masipa que el corredor cumpla una sentencia de arresto domiciliario, ya que a su juicio las cárceles sudafricanas no están preparadas para albergar a discapacitados como Pistorius, al que le amputaron ambas piernas cuando era un bebé. El fiscal ha rechazado el argumento y ha anunciado que llamará a declarar a funcionarios de prisiones que lo refuten.

La magistrada ha anunciado que no estará disponible para proseguir este caso la próxima semana, por lo que todo apunta a que hará pública la sentencia antes del sábado. La pena para el delito de homicidio en la ley sudafricana va desde una multa y la libertad vigilada hasta un máximo de 15 años de cárcel.