Por más que se quiera, a menudo los sueños no se cumplen. El del ascenso a Primera División del Fútbol Femenino tendrá que esperar una vez más para el Zaragoza CFF. En menos de un año, ha pasado de estar a 90 minutos de la élite a quedar lejos de la pelea por subir a la Liga Iberdrola. La continua inestabilidad en el campo unida al cruel final de la presente campaña dejan un año para olvidar, hacer borrón y cuenta nueva y renovar las ilusiones para volver con más fuerza la temporada que viene. «El objetivo era exactamente el mismo, vino gente nueva, no encajaron las piezas, la lesión de Maddy, las goleadas que sufrimos... A la vista está que, a falta de ocho partidos por jugar, no se dieron bien las cosas», explica el presidente del club, Rubén Alcaine.

Nada que ver con el arranque de campeonato. El conjunto zaragozano, enrabietado por la derrota en la eliminatoria contra el Tacón, hizo una primera vuelta excelente, situándose a un punto del liderato. «Hay algo incuestionable en esta categoría que es la actitud; si crees que está todo hecho te van a pasar por encima porque todos compiten los 90 minutos al 100%», indica el presidente.

Una racha fulminante de malos resultados dejó al equipo paralizado y al técnico, Cristian Aleza, sin poder reaccionar a tiempo. «Confiábamos en Cristian y considerábamos que era un técnico trabajador, comprometido y con mucha dedicación, pero los resultados no acompañaban. Su destitución fue una decisión complicada en la que prevaleció el resultado deportivo ante cualquier otro aspecto, no nos gustó tomar esta solución pero nos vimos abocados porque necesitábamos un giro y un cambio», recuerda Rubén Alcaine.

Su segundo, Nacho Bracero, cogió al equipo, lejos de su verdadero nivel y de la zona noble de la clasificación. Y, cuando asumían el último tercio del campeonato, llegó el parón. «Cumplimos con las advertencias sanitarias y nos hubiera encantado poder terminar la competición o por lo menos que se hubiese tenido en cuenta nuestra opinión, y así lo transmitimos a la Federación. No ha sido así, se acepta y ya está», lamenta el dirigente.

La Federación dio por concluidas todas las categorías, incluida la Primera División, eximió a los clubs de los descensos y ascendió a las líderes de los grupos Norte y Sur. «A nivel nacional, no me parece acertado como se han desenvuelto los acontecimientos. No es razonable tomar las decisiones sin contar con las partes implicadas. Creo que se tenía que haber valorado si podíamos cumplir o no los protocolos que exigían las autoridades sanitarias y el Consejo Superior de Deportes, hemos intentado en dos ocasiones tener una reunión con ellos y no ha sido posible. Con la importancia social que empieza a tener el fútbol femenino, creo que debería haber sido atendido o valorado de otra manera», asegura Ruben Alcaine.

«No es razonable tomar una decisión sin tener en cuenta a las partes implicadas»

Un fútbol femenino que continúa su crecimiento pero que se verá afectado al igual que el resto de los deportes. Las precauciones de distancia social, los partidos a puerta cerrada o la incertidumbre generada a partir de esta crisis sanitaria conforman una nueva realidad en el deporte. «Hay que adaptarse a las circunstancias, la realidad es que las competiciones tienen que seguir y la gente tiene que continuar haciendo deporte. Debemos adaptarnos y cumplir con las advertencias sanitarias de la mejor manera posible», afirma el presidente.

Con todo ello, el proyecto del Zaragoza CFF sigue adelante con la ilusión de alcanzar lo antes posible la Primera División. «Queremos tener la nueva instalación de Mudéjar acondicionada para los entrenamientos. Trabajamos en la nueva plantilla de la 20-21, con renovaciones y con nuevas incorporaciones», concluye.