Momento transcendental en el desarrollo de la temporada para el Casademont Zaragoza. El primer envite de la eliminatoria de octavos de final de la Basketball Champions League este miércoles en el Príncipe Felipe (20. 00 horas) se presenta con una gran ambición en la capital aragonesa. Esta competición ha generado muchas expectativas en el seno del club y ahora comienza su camino más arduo y peligroso. Un playoff, dos eliminatorias al mejor de tres partidos, como antesala de la Final Four que determinará el gran campeón. Un sendero nada sencillo de una competición europea que oculta numerosas trampas y dificultades.

El Lietkabelis será el primer escollo del cuadro. Asume la tradición de los grandes equipos lituanos, táctico, disciplinado y con una gran verticalidad desde la línea exterior. Pondrá a prueba la intensidad defensiva de los aragoneses, debilitada por momentos en esta temporada y en mayor medida en Europa. El equipo lituano se mantiene invicto en su cancha con once victorias en la LKL, segundos en la competición liguera, solo superados por el Zalgiris acostumbrado a levantar los trofeos lituanos. No ha conseguido alcanzar esta continuidad en la BCL, donde ha perdido en tres ocasiones en la fase de grupos y ha ganado fuera de casa en las pistas del Estrasburgo y del Polski Cukier Torun, algo que denota la gran competitividad de su plantilla.

Por encima del grupo se elevan dos nombres propios, Dimsa y Sakic, tercer y cuarto máximos anotadores de la Liga, llevan la responsabilidad del equipo en ataque. El croata se ha convertido en un jugador experimentado, un alero versátil con posibilidades de ganar el exterior a su par más grande y anotar desde dentro ante un hombre más pequeño. Esto unido a su posibilidad de rebotear constituye una de las armas potenciales del equipo, un grupo con cuatro internacionales lituanos, que fundamenta su juego en la rápida circulación del balón y de la apertura de espacios. De nuevo, un partido físico y exigente para la mentalidad del conjunto aragonés.

EL ESTADO FÍSICO // Fran Vázquez arrastra unas molestias musculares que le impidieron jugar el pasado domingo ante el Estudiantes y el cuerpo técnico esperará hasta este miércoles para saber si puede ser de la partida. La plantilla está en un gran momento de forma para afrontar esta eliminatoria. Con el descanso obtenido tras las ventanas, la victoria el pasado sábado ante Estudiantes (97-87) refleja que al grupo no se le ha olvidado ganar. El colectivo vuelve a estar en un gran momento de forma y ha recuperado en el puesto de pívot una de sus piezas esenciales. La llegada de Thompson reequilibra el grupo que vuelve a mostrarse entero durante los 40 minutos. La competición europea exige un nivel físico superior y el plantel debe estar preparado para realizar el baloncesto enérgico de transición defensa-ataque que propone Fisac.

El conjunto aragonés cuenta con el factor cancha a favor debido a su condición de primer clasificado en los grupos. Tan solo dos equipos han conseguido llevarse la victoria del pabellón zaragozano esta temporada, el Tenerife en Liga Endesa y el Telekom Bonn en competición europea allá por el mes de diciembre. Una campaña soberbia realizada por el conjunto zaragozano, que debe verse reflejada en uno de los partidos cruciales del año. Real Madrid, Baskonia o Barcelona han pasado por el pabellón zaragozano y han tenido que regresar con los bolsillos vacíos apabullados por el ritmo y el juego aragonés.

En un playoff con tan poco margen de error, a tres partidos como este de la Basketball Champions League, es imprescindible mostrar fiabilidad en el campo propio para poder jugar fuera con la ventaja del marcador y los nervios del contrario. Momento importante para sacar la mejor versión de los hombres de Fisac y empezar a demostrar que este equipo no viene a probar suerte sino a dejar huella esta campaña en Europa.