El pasado 26 de mayo, pocos minutos después de que el Real Madrid levantara en Kiev su tercera Champions consecutiva, Carles Puyol, el capitán del Barça de Guardiola, publicó en su cuenta de Twitter un mensaje en el que felicitaba a los blancos por el triunfo y cuestionaba el dogma azulgrana de que todas las competiciones tienen el mismo valor y deben ser disputadas con el mismo afán. “Tenemos que reflexionar en las prioridades”, advertía. Sus palabras abrieron un vivo debate en el barcelonismo y el propio Puyol aprovechó una entrevista en 'La Vanguardia' para reafirmar su posición: “Messi debe explotar su talento, sobre todo, en la Liga y en Europa. […] Lo más coherente sería relegar la Copa. A mí me encantaba jugar la final, pero el camino debe servir para que los menos habituales y los más jóvenes demuestren si valen o no”.

El mensaje del capitán del mejor Barça de la historia ha sido ahora oportunamente recuperado después del varapalo copero sufrido en Sevilla, en el partido de ida de los cuartos de final, por un equipo azulgrana muy poco reconocible en cuya alineación inicial se mezclaron futbolistas utilizados con cuentagotas (Malcom, Aleñá), jugadores fuera de su posición habitual (Semedo) y hasta un delantero que no llevaba ni 36 horas en el club (Boateng) mientras pesos pesados como Luis Suárez y Jordi Alba calentaban banquillo y Leo Messi y Sergio Busquets veían el partido por televisión.

Se hace difícil no llegar a la conclusión de que en la presente temporada, y tras ganar las últimas cuatro ediciones de la Copa del Rey, el Barça ha decidido, por utilizar las palabras de Puyol, “reflexionar en las prioridades”. Es una impresión que se vio reforzada por la estoica resignación que Gerard Piqué, con el brazalete de capitán, mostró ante las cámaras de televisión una vez consumada la derrota. “Hay muchos partidos y nos debemos centrar en la Liga -dijo el central-. Y en la Copa, si le damos la vuelta, bien y si no, otra vez será. Hay demasiados partidos en este calendario”.

MÁS ROTACIONES

También Ernesto Valverde, que insistió una y otra vez en que quiere ganar la Copa, dejó caer que, tras la experiencia de la pasada temporada, ha cambiado este año su manera de gestionar la plantilla en las distintas competiciones: “Reconozco que el año pasado pagamos en la Liga el esfuerzo de la Copa en enero y en este curso estamos rotando más porque quiero mantener la distancia en la Liga con nuestros perseguidores e implicar a todos los jugadores de la plantilla”.

Habrá, claro, quien recuerde que en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa de la pasada temporada, frente al Espanyol, Valverde utilizó también a varios jugadores supuestamente suplentes (Aleix Vidal, Digne, Denis Suárez, Aleñá), pero aquel día sí jugó Messi, que además falló un penalti. Ganó el conjunto blanquiazul (1-0) y en la vuelta, en el Camp Nou, el técnico azulgrana echó mano de su equipo de gala para darle la vuelta a la eliminatoria. El duelo del próximo miércoles servirá para aclarar si esta vez se han reexaminado las prioridades.