Hasta 25 veces remató el Real Zaragoza ayer, seis de ellas a puerta, diez fuera y nueve interceptadas por rivales. Tanta capacidad para generar peligro ante un líder tan sólido como es el Albacete, que demostró las razones de su primer puesto, deja a las claras el problema de gol que tiene este equipo, que produce mucho desde la llegada de Víctor y que no encuentra la pólvora, o la tiene mojada, para transformar sus méritos en el marcador. El partido contra el Alba, un señor partido, acabó en tablas sin goles porque el Zaragoza, salvo en la estrategia a balón parado, controló bien a un rival peligroso que es el segundo máximo goleador de la categoría, y se topó con Tomeu Nadal y con su falta de eficacia en la suerte definitiva.

El Zaragoza lleva 11 goles en La Romareda. Solo el ya eliminado Reus ha hecho menos en casa. El dato deja a las claras lo que le cuesta a este equipo batir el marco rival. Lo mostró en el principio de curso, con Idiakez, mientras que con Alcaraz el problema era que la producción ofensiva bajó de forma notable. Ahora, el Zaragoza vive con el balón y con la mirada puesta en el arco rival, ya desde el primer día, cuando en el estreno de Víctor ante el Extremadura La Romareda contempló hasta 29 remates zaragocistas.

No fueron tantos ayer, donde el Zaragoza, ante el líder, tuvo más posesión (56% por 44%), hizo trabajar más al meta rival, lanzó más saques de esquina y, sobre todo, dio la sensación de intentarlo hasta el final, con la ambición por bandera, pero faltó el gol, como lo hizo también en la derrota contra el Málaga (0-2), en el otro partido que con Víctor no se logró perforar la portería contraria. Aquel día también el Zaragoza mereció de sobra batir el marco rival.

Frente al Albacete, la mejor ocasión la tuvo Álvaro Vázquez al poco de empezar, en un balón preciso en el que Igbekeme le dejó frente a Tomeu Nadal. Buscó la vaselina y el meta rival, el más en forma de la categoría junto a Cristian, le adivinó la intención. Dos disparos consecutivos de Soro y Pombo despejados por el arquero balear y otro de Aguirre a pase de Benito merecieron mejor suerte antes del descanso, mientras que en la segunda parte Álvaro Vázquez envió de volea un balón de Igbekeme tocado por un rival muy cerca de la portería del equipo manchego.

La última gran ocasión llegó en una jugada de Soro tras una contra armada por Linares. El canterano, de notable partido ante el Albacete, tras amagar el disparo, cedió a Eguaras, que se encontró con el tremendo paradón de Tomeu a su remate.

Artillería ligera

Al final, el Zaragoza se fue de vacío y se quedó sin marcar en La Romareda por sexta vez en 13 partidos en este curso (Lugo, Granada, Cádiz, Córdoba, Málaga y Albacete). Tiene en Álvaro Vázquez a su máximo goleador, con solo siete dianas cuando ya se han consumido casi dos tercios de Liga, mientras que Pombo (3), Gual (2), Soro (2) y el recién llegado Linares (1) tras el fiasco que supuso Jeison Medina y la eterna lesión de Toquero completan una nómina en ataque de escasa producción hasta ahora. Y han visto puerta 15 jugadores de este equipo, aunque en su mayoría con una mínima contribución. Es indiscutible la falta de gol. Y eso es un pesado lastre.