Francisco García Salillas (casado, con dos niñas de 12 y 3 años, y un niño de tres meses) quiere terminar su carrera como futbolista en el equipo de su pueblo, el Alagón.

El delantero, de 38 años de edad, juega por afición y tiene un larguísimo historial. "Comencé en el Alagón, de ahí pasé al desaparecido Calasanz en la categoría juvenil", recuerda. "Después fui al Teruel, Aragón, Real Zaragoza en Primera División, Celta de Vigo (un año en Primera y dos en Segunda), Lleida (Segunda), Villarreal (una temporada en Primera y otra en Segunda), Levante (dos temporadas y media en Segunda) y por último, dos temporadas en Segunda División B con el Castellón".

Este nómada del fútbol se ha encontrado a gusto allí donde ha estado. "En todos los sitios hay cosas buenas", afirma. "En todos me han forjado, me han hecho como jugador y me han hecho sentirme como un profesional del fútbol". Las alegrías han superado a las tristezas, según señala: "En todos los sitios he procurado disfrutar, he vivido tres ascensos a Primera División y uno a Segunda, y también viví la Copa de la UEFA con el Real Zaragoza".

Quizás su espina clavada es no haber triunfado plenamente en el Real Zaragoza. "Pero a mi manera creo que triunfé, estuve tres temporadas, jugué muchos partidos y me considero muy gratificado con mi estancia allí", confiesa. Muchos han sido los entrenadores que Paco ha tenido en su dilatada carrera, y de quién guarda un especial recuerdo es de Radomir Antich. "Fue el que me ascendió a la primera plantilla y me dio la oportunidad de jugar en Primera División".

En cuanto a sus aficiones, Paco se considera un hombre sencillo: "Ahora aprovecho para disfrutar de mi familia, de mi mujer y de mis hijos, cosa que hasta ahora apenas lo había podido hacer". Tiene también una gran afición por los caballos. "Así es, tengo cuatro y de vez en cuando toreo a caballo algún novillo en la plaza de toros del pueblo". Cumple su segunda temporada en el Alagón. "No sé hasta cuándo seguiré. Mientras me encuentre bien y siga disfrutando como hasta ahora pues iré continuando, no me trazo una fecha fija para abandonar definitivamente la práctica del fútbol". No se ve como entrenador profesional, pero le gustaría enseñar. "Ahora estoy con un equipo cadete del Alagón y me gusta trabajar con la gente joven", dice. "A ver si mi hijo me sale futbolista y consigue llegar mucho más lejos de donde yo he llegado, pero falta mucho para eso".