Antonio pernoctó con su familia en Torla, la entrada al valle de Ordesa. La jornada siguiente amaneció fría, pero soleada. Era un domingo de mediados de mayo en el que todavía la nieve permanecía en las cotas medias de la montaña. Antonio dejó a su familia en el pueblo y decidió coger el coche para llegar a la pradera de Ordesa. Se calzó las botas, cogió el bastón y empezó un recorrido que llegaba a la Cola de Caballo por las cascadas, regresaba a la pradera por la Faja de Pelay y descendía verticalmente por la Senda de los Cazadores. El camino hasta el Circo de Soaso fue una delicia. El sol inundaba el valle y Antonio no tocó un helero de nieve.

Tras comer en la Cola de Caballo volvió por el sendero de la Faja de Pelay. Entonces se empezó a encontrar en la zona umbría nieve helada. Sin crampones superó los barrancos con problemas. Llegó al punto del inicio del descenso en la Proa de Calcilarruego. En las primeras lazadas de bajada encontró un helero muy complicado. Estuvo varios minutos cavilando y pensó en regresar por el camino de ida. Pero le echó valor y decidió pasarlo. El senderista resbaló y cayó al vacío.

Esta terrible situación no es infrecuente en estas fechas en el Pirineo. Llega el buen tiempo, pero realizar senderismo en las cotas medias, a más de 2.000 metros de altura, puede llegar a ser muy peligroso. Cuando el montañero se encuentra con un helero de nieve debe tomar la decisión de superarlo. Para ello debe contar con el material adecuado. "El accidente típico ahora es caerte por la nieve y te puedes dar un golpe mortal en la cabeza. Un solo nevero en una excursión puede ser mortal. Hay que llevar botas duras para ir por la nieve, crampones y piolet", dice el veterano Lorenzo Ortas, vicepresidente de Peña Guara.

Ortas explica que el excursionista debe preparar bien el recorrido que va a realizar. "Recomiendo que se informe bien de la excursión. Si hay algún nevero o un río mas caudaloso, cambiar de excursión o ir con material adecuado y saberlo utilizar. Hay quien lleva crampones y no se los sabe ni poner. Si se te sueltan a mitad de nevero, casi es peor", afirma.

Ramón Tejedor, presidente de Montañeros de Aragón, es un amante del senderismo. Los últimos fines de semana hizo recorridos por el río Mesa y la Peña del Sol en Riglos. "El Prepirineo, que no tiene nieve, da mucho de sí para el senderismo. En el club organizamos hace poco una excursión de Loarre a Rasal subiendo a Pusilibro". Tejedor da una recomendación. "Es fundamental la prudencia en esta época en que la nieve esta muy cambiante de la mañana al mediodía. Para según que collados, hay que llevar crampones y piolet a primera hora de la mañana. Más vale llevar equipo aunque no lo emplees, que echarlo en falta y no poderlo utilizar", explica.

El Valle de Pineta

La cota de nieve en el valle de Pineta está a 1.800 metros tras las nevadas de la noche del jueves al viernes. En Marboré cayeron 20 centímetros de nieve. "El año pasado en mayo había muchísima nieve y este año la primavera ha sido mas seca. El miércoles cayeron 115 litros de agua por metro cuadrado y a 2.500 metros hay nieve en cantidad. Hay que tener cuidado para llegar al Balcón de Pineta, puesto que hay nieve desde la mitad de la subida", dice Jaime Arbex, el guarda del refugio de Pineta.

Los ascensos a los collados de Tella y de Añisclo por Pineta también tienen nieve en sus últimos tramos. "A partir de lo 2.000 metros hay que ir con material adecuado. Aunque para subir a La Larri y a La Estiba, no hacen falta. Las caras sur están más limpias que las norte", indica. Arbex explica los dos accidentes típicos de estas fechas. "Uno es resbalarse en un helero y pararte con las piedras. Otro es caerte por un puente de nieve. Vas por un nevero y por debajo pasa un barranco de agua. Se rompe la capa de nieve, te caes y te partes una pierna o sufres una hipotermia por el agua heladora", dice.

En el refugio de Estós la excursión típica es el ascenso al Posets. "En la jornada de más ocupación del puente del 1 de mayo en el refugio había 65 montañeros y subieron al pico 50. La nieve empieza a 20 minutos del refugio. El ascenso no es complicado en estas fechas. La nieve se rehiela por la noche y está dura para subir. En cuatro horas estás arriba", dice Fernando Román, el guarda de Estós.