El Mirandés examina esta tarde en Anduva el nivel de la recuperación zaragocista, la salud de una reacción que dio comienzo con el cambio de año. El equipo de Paco Herrera ha iniciado el 2014 con siete puntos de nueve y con mucho mejor color en su faz, tanto en lo futbolístico como en lo anímico, por muchos que sean, que siempre lo son con Agapito Iglesias de propietario, los problemas que le rodean, sobre todo por las salidas en general y por Movilla, Paredes y José Mari, aunque estos dos últimos en menor medida, en particular. Esa recuperación ha situado al Zaragoza a tiro de una victoria de las dos primeras plazas, que ahora ocupan Sporting y Deportivo, en esta Segunda de igualdad máxima en la que el siguiente paso que debe dar el conjunto aragonés es tomar los puestos con billete directo, después de que lleve tres semanas asentado en los de promoción.

En Anduva le espera al Zaragoza un partido rudo, hasta áspero, una prueba de esfuerzo para ver la fiabilidad de sus sensaciones en un campo donde además se espera lluvia y frío, aspectos que contribuyen a aumentar el espíritu épico de una batalla y, por ende, también el valor de una posible victoria. No ha jugado nunca el Zaragoza en ese escenario en Liga, aunque sí fue el inicio del camino hacia su última Copa del Rey, la conquistada en Montjuïc ante el Real Madrid galáctico en el 2004.

LA AFICIÓN RESPONDE Con cerca de medio millar de zaragocistas, el desplazamiento más numeroso del curso, al equipo aragonés solo le vale sumar de a tres, para dar otro salto en una tabla donde del primero al octavo solo hay tres puntos de diferencia y también para constatar que el equipo vive su momento dulce, la hora de agarrar con fuerza las primeras plazas para no soltarlas. Siempre hay que aprovechar los tiempos de bonanza. También en el fútbol...

Al Zaragoza se le han atragantado en esta Liga los rivales en teoría más humildes, con más ganas, ánimo y espíritu de bloque que fútbol y posibilidades económicas. Y así es el Mirandés. Baste recordar lo sucedido en Sabadell o en Eibar, dos salidas que acabaron con una profunda decepción por lo exhibido. Es verdad que el momento que viven los chicos de Herrera parece mejor que el que tenían no hace mucho, pero volver a tropezar en la misma piedra sería un golpe doloroso, no solo por el frenazo, sino porque, si el empate ante el Hércules en La Romareda en la pasada jornada no penalizó en lo anímico por la buena imagen mostrada, no retomar la senda de la victoria en el campo de Anduva sí que tendría ese efecto y ahí el juego desplegado no sería un atenuante.

VUELVE CORTÉS Para proseguir con esa senda de buenas sensaciones y para retomar la de los triunfos Herrera, como estaba previsto y como anunció ayer, mantendrá el equipo, porque ya se sabe que lo que funciona no se debe tocar. Solo David Cortés, ausente ante el Hércules por unas molestias y titular por derecho propio por su aceptable nivel toda la temporada, entrará en el lateral derecho en lugar de Fernández, que ha pasado de recibir un sobresaliente del entrenador tras el último partido a quedarse en tierra y no viajar a Miranda de Ebro.

El resto de los titulares serán los mismos de las dos jornadas anteriores, con Roger y Montañés arriba y con ese rombo en la medular donde Acevedo comparte protagonismo en la creación con Barkero y Luis Garcia para que Paglialunga sea el pivote defensivo. Todo, en un Zaragoza que, en los múltiples factores de su mejoría, también tiene por fin una clara sobriedad defensiva, con solo cinco goles en ocho jornadas. Una señal buenísima, sin duda alguna.

FORTALEZA EN ANDUVA El campo del Mirandés parece más pequeño de lo que en realidad es y la grada, seguro animosa y entregada, aumenta esa sensación. Es cierto que es en su feudo donde el conjunto soriano, que roza ahora las plazas de descenso, está intentando cimentar su permanencia en la categoría, ya que ha conseguido el doble de puntuación (18) como local que de viajero (9). Carlos Terrazas le ha dado una ración más de agresividad y una menos de fútbol con respecto a la propuesta de Gonzalo Arconada, que logró puntuar sin goles en La Romareda en la primera vuelta en un estreno en casa donde la afición ya vio claro lo dura que iba a ser esta andadura por Segunda.

Con Terrazas, en el Mirandés se apuesta por un juego más directo, menos elaborado en un equipo plagado de currantes y con pocos jugadores conocidos. Nagore apura allí las últimas gotas de fútbol y están Iriome, De Cerio, que apunta a suplente, Koikili, Caneda o Javier Flaño, que es baja por sanción.