El Tecnyconta Zaragoza lo hizo todo ante el Barcelona, menos ganar el partido. Se le escapó al final, muy al final, por no poder detener a un magistral Heurtel, en unos desajustes defensivos con Tomic y en errores en acciones claras de ataque. Pero el público le despidió con una cerrada ovación, puesto en pie, porque hacía años que no se había divertido tanto. El equipo de Porfirio Fisac se dejó el alma en la pista, arrolló al Barça Lassa al principio, lo desarboló en muchas fases, le jugó de tú a tú y dejó algunas acciones para la galería. Solo el resultado (86-91) estropeó una magnífica tarde de baloncesto.

En condiciones normales, el partido del Tecnyconta Zaragoza ya hubiera sido de aplauso. Lo de ayer fue otra cosa, fuera de categoría. Porque empezó el partido sin Fran Vázquez, lo que ya se sabía, y con Seibutis en el banquillo, por si acaso. En una de las primeras acciones, Jonathan Barreiro se llevó un fuerte golpe en la cadera que le dejó dolorido para toda la tarde. El gallego tuvo que marcharse para ser tratado por el fisio y después estuvo haciendo bici estática mientras no estaba en la pista. Al principio del tercer cuarto, Javier Justiz sufrió un problema muscular en la pierna izquierda que también le obligó a dejar la pista, pasar por los fisios y relevar a Barreiro en la estática. Por si fuera poco, Alocén terminó con un golpe en el pie.

Un obstáculo tras otro que obligó al Tecnyconta a ir sorteándolos sobre la marcha pero que no le impidió hacer un partidazo. El plan de partido de Porfirio Fisac y sus decisiones durante el encuentro, funcionaron. Durante muchos minutos jugó sin cinco, porque no tenía, y Jaime Pradilla estuvo en pista 16 minutos, la mayoría de ellos emparejado con Ante Tomic. El joven canterano no se arredró contra el croata, que le obligó a fajarse a gran altura, y con él en pista el Tecnyconta no perdió competitividad, al contrario, mantuvo muy vivo su pulso contra el Barcelona.

Fue un espectáculo del Tecnyconta de principio a fin. Desde el 10-0 con el que los aragoneses saltaron a la pista hasta el intento final cuando el equipo estaba ya extenuado, demasiado condicionado por todos los problemas que se había ido encontrando por el camino y que le habían agotado más de la cuenta. La energía, intensidad y voluntad que puso el equipo aragonés desconcertó a un Barça Lassa que partió a otro ritmo y que se encontró siempre un paso por detrás de su rival. Una buena defensa, robar y correr, y dinámicas acciones ofensivas para que cada vez apareciera un anotador distinto fueron la carta de presentación del Tecnyconta.

EL TRIPLE

Desde el principio también se vio que el asidero del Barcelona al partido iban a ser los triples. Nada nuevo para el Tecnyconta, acostumbrado a jugar así. Al descanso el equipo de Pesic había anotado 11 triples y 5 canastas de dos. Por ahí se mantuvo vivo y fue capaz de darle la vuelta al partido. La efectividad azulgrana cayó notablemente en la segunda parte y el partido se igualó en un tú a tú que ya se decidió por detalles. Por la calidad de Heurtel y sus 13 asistencias, por la aparición de Tomic con 7 puntos en el último cuarto, por los errores del Tecnyconta desde el tiro libre y en acciones claras de ataque, porque los colegiados no vieron cómo Hanga tocaba el aro en un tapón ilegal a Okoye que, al no pararse la jugada, tampoco se revisó. Los colegiados fueron muy protestados tanto por Fisac como por todo el pabellón.

Esos detalles fueron minando a un Tecnyconta siempre empujado por su público. La sintonía con la grada es total y no es para menos. Zaragoza vuelve a disfrutar del baloncesto y el Tecnyconta va lanzado, pleno de confianza. Los jugadores creen en sí mismos, en lo que están haciendo, y en el de al lado. Sin uno de sus jugadores clave salieron a por el líder de la Liga Endesa, cuartofinalista y candidato a ganar la Euroliga, sin ningún tipo de complejo. Fueron valientes y regalaron un partidazo. Aunque se quedaran a las puertas del cielo.