Ni a Dani Pedrosa ni a Alberto Puig les gusta recordar aquellos días. Pero, estando en Phillip Island, es imposible no rememorar el grave accidente que sufrió el piloto catalán. "Cuando llegamos al Hospital Alfred de Melbourne no podíamos ni hablarnos. No sabíamos qué decirnos, se nos hundió el mundo", dice Puig. Pedrosa fue intervenido en Melbourne para reducir las fracturas, controlarlas y dar opción a que las intervenciones posteriores en Barcelona fuesen un éxito. Dani, que se pasó el invierno derramando lágrimas en una recuperación durísima, obró el milagro cuando, 141 días después, en el GP de su debut en 250cc, logró la victoria. "Sólo un muchacho con la calidad y determinación de Dani puede lograr una gesta así. Yo, la verdad, lo admiro", asegura Alberto Puig.