El Pumas de Hugo Sánchez sonrojó ayer a un Madrid lleno de despropósitos en la disputa de la XXVI edición del Trofeo Santiago Bernabéu. Un impresionante gol de Castro en el minuto 69 sirvió para certificar el triunfo del conjunto azteca, donde el protagonismo lo acaparó en todo momento su entrenador.

El otro punto de referencia de la noche fue Michael Owen, que debutaba en el coliseo blanco con su nueva camiseta. El inglés jugó 45 minutos e intentó lo que pudo por ambas bandas, pero jugó demasiado lejos de la meta rival como para crear peligro.

El duelo sirvió a Camacho para probar a Mejía y Juanfran. Especialmente el segundo deslumbró por la banda derecha. La entrada de Zidane y Figo tras el descanso parecía suficiente para desequilibrar el duelo, pero los constantes errores del francés, incluso en los balones fáciles, fueron la mejor muestra de que el Madrid está lejos de lo que Camacho quiere.