Un empate contra el Málaga en el Vicente Calderón prolongó la emoción a la última jornada de la Liga, con un título pendiente para el Atlético de un punto en el Camp Nou ante el Barcelona, en una final que decidirá el campeón.

En el tramo final, después de igualar el 0-1 de Santa Cruz con un cabezazo de Toby Alderweireld cuando el partido peor pinta tenía para el conjunto rojiblanco, el Atlético apuntó al campeonato, con la igualada del Barcelona en Elche y con una parada de Willy Caballero a un disparo de Adrián que podría haber valido el título.

En una tarde de máxima transcendencia, con la Liga al alcance, el Atlético salió al terreno de juego desbordado de tensión. Lo acusó en la primera media hora, precipitado, con ansiedad, tan metido en la cabeza el gol que intentó acortar el camino tanto que se estrelló contra el planteamiento del Málaga.

Pobló el alemán Bernd Schuster la defensa de su equipo, como ya hizo en la primera vuelta en La Rosaleda, alineó tres centrales y minimizó las vías hacia su portería; un enredo para un Atlético sin Diego Costa y obcecado en una fórmula, los balones largos a la prolongación de Raúl García y el desmarque a la espalda de Villa.

El conjunto rojiblanco, más allá del buen manejo de balón del Málaga, del notable funcionamiento defensivo de su adversario y de las inquietudes que generaba de vez en cuando Amrabat, tuvo las mejores oportunidades. Pero una cadena de errores de la defensa provocó el 0-1 de Santa Cruz y la reacción atlética, que exigió a Caballero con Villa y Diego Ribas, hasta que Alderweireld hizo el empate de cabeza. El Atlético rozó luego el título que se jugará nada menos que ante el Barcelona en el Camp Nou.