El Real Zaragoza sacó un empate pálido de Reus (0-0), en un partido que tenía todas las circunstancias para salir victorioso, en el que fue superior a un rival muy debilitado por las bajas por el límite salarial y donde controló en muchas fases, pero le faltó ponerle una marcha más en ataque para llevarse tres puntos que se quedaron solo en uno que sabe a muy poco. La Liga es eterna, pero siempre se echan de menos puntos que se quedaron por el camino. En Reus el Zaragoza se dejó dos en su primer desplazamiento de la temporada, donde la cara fue mucho más raquítica que la mostrada ante el Rayo Majadahonda hace una semana.

La sensación es que al Zaragoza le quedaron deberes pendientes en Reus, que se dejó cosas por hacer y que Imanol Idiakez, que no conoce la derrota en esta etapa en el banquillo, retrasó en demasía los cambios, sobre todo en la salida de Soro, debutante con buena pinta, lo mismo que en la de Álvaro Vázquez que tuvo dos remates en el tramo final.

Optó Idiakez por mantener el mismo once de la victoria del debut. Era lo esperado ante un Reus con muchas bajas, sobre todo en ataque, donde Fran Carbia ejerció de improvisado delantero en un 4-1-4-1 donde el conjunto catalán incomodó de salida el rombo en la medular zaragocista. En él, Verdasca sufrió en el pivote defensivo y Ros e Igbekeme bajaron el tono, sobre todo el capitán. Con todo, el dominio inicial del conjunto catalán no se tradujo en ninguna ocasión de peligro, salvo un tímido remate de Carbonell tras jugada de Planas.

El Zaragoza se sostenía en la ebullición de Pombo, al que le faltaba acierto en la decisión final y en una presión adelantada que empezó a poner en apuros la salida de balón del Reus. De este modo, el paso de los minutos inclinó la balanza por el lado zaragocista, ya que empezó a dominar el partido con claridad.

Álex Muñoz y Grippo, en sendos remates a faltas enviadas con escuadra y cartabón por Buff, crearon las mejores ocasiones zaragocistas, aunque a Pombo se le fue un control a centro de Benito que pudo ser decisivo y el Zaragoza acabó la primera parte muy cerca del área de Edgar Badía, aunque con Marc Gual tan voluntarioso en la presión como poco eficaz con el balón en los pies.

Al intermedio se llegó con la sensación de que el Zaragoza necesitaba esa velocidad más para ganar el partido y que el Reus lo iba a fiar todo a una ocasión aislada para tratar de vencer, teniendo en cuenta que el punto se veía bien en el conjunto catalán dadas las circunstancias en las que la LFP le ha permitido arrancar el campeonato, con hasta siete futbolistas sin poder jugar.

Las impresiones se confirmaron tras el descanso, donde el dominio del encuentro fue mucho mayor por parte del Zaragoza, que con su presión arriba empezó a generar peligro en los robos de balón. Dos de Buff, otro de Ros, uno más de Igbekeme, más activo tras el descanso... pero al Zaragoza le faltaba más capacidad en el último pase, con Pombo muy presente en muchas acciones y con Buff dejando destalles de clase. Sin embargo, no era suficiente para marcar.

Un centro de Pombo al que no llegó Gual y un disparo del delantero catalán tras una recuperación de James que Lasure convirtió en asistencia dejaron claro ese mayor dominio, donde también Benito soltaba amarras en el lateral derecho. Sin embargo, la salida de Enri generó alguna duda más en defensa con el canterano del Reus y el Zaragoza tardó un mundo en hacer los cambios.

No acertó Idiakez en el primero, ya que Buff parecía estar muy metido en un partido en el que Papu volvió a pasar de puntillas y después el técnico prefirió retirar a un Pombo con amarilla y acelerado para el estreno de Álvaro Vázquez. Fran Carbia, tras taconazo de Enri, falló la gran ocasión, la que esperaba el Reus para ganar y el bajón del Zaragoza en el tramo final solo lo cambió Soro, al que le bastaron menos de diez minutos para confirmar su verano y para dejar en inexplicable la decisión de que haya tenido tan pocos minutos en este arranque liguero.

SORO, DESEQUILIBRANTE / La entrada del talento de la cantera activó a Álvaro Vázquez y a todo el equipo, además de poner en apuros a Juan Domínguez, todo un veterano. Soro, incrustado en la parte izquierda del rombo con Papu en la mediapunta y Álvaro y Gual arriba, le metió veneno al Zaragoza, sobre todo en un centro medido que el delantero recién llegado remató mal con la cabeza. El Zaragoza afiló sus garras en los últimos instantes y Álvaro, en un pase de Papu, mandó un remate inocente que tiró por el desfiladero la oportunidad de cambiar un empate pálido en una victoria que ya nunca llegará.