La leyenda es pura historia en el caso del Málaga, casi ciencia. Por lo menos la temporada pasada, donde sobrevivió más allá de sus posibilidades --tuvo un breve idilio con los puestos de la Copa de la UEFA-- gracias al máximo aprovechamiento de sus recursos estratégicos. Víctor Muñoz y el Real Zaragoza tienen razón para respetar a un equipo que, esta vez con Gregorio Manzano en el banquillo, no variará en exceso un plan que le sienta de maravilla. Le interesa poco el balón y si lo utiliza es de forma muy directa. Faltas, corners, centros rápidos al área, juego aéreo, faltas de contenido táctico para frenar el contragolpe del rival... El año anterior, el conjunto aragonés, pese al bloque blindado con tres centrales que presentó Paco Flores en La Rosaleda, cayó con un testarazo de Litos y un penalti sobre Salva tras un saque de esquina.

Para empezar, al Málaga le interesa poco que ruede el balón, y si lo hace, que lo conduzca mejor el contrario. En las estadísticas del curso pasado figura como el conjunto con menos posesión de la pelota en toda la Liga. El equipo andaluz tuvo el esférico en su poder durante 863 minutos, es decir unos 22 minutos por encuentro. Se encargó con especial interés de frenar el ritmo de los partidos con un liderazgo que manifiesta su personalidad: fue el que más faltas cometió (839), con su mediocentro Romero a la cabeza, quien acumuló una respetable media de 3,4 faltas por partido.

El gráfico adjunto expresa que el Málaga figura entre otros puestos de privilegio del fútbol con poco margen para la improvisación individual. Su efectividad en los remates de cabeza es alto, el sexto, con diez tantos logrados por arriba. Los ensayos de lanzamientos de faltas le ha dado una productividad notable con dos goles de once remates, y en las faltas directas también sobresale (83 disparos y cuatro dianas, todas ellas del especialista Duda). De los corners ha sacado una buena tajada, y en los saques de banda creó pánico en no pocas ocasiones.

LA BANDA DE DUDA De lo que no cabe la menor duda es que casi toda la electricidad ofensiva de los andaluces pasa por el conducto de Duda. En centros totales sumó 331. Nadie superó esa cifra. Pero es por su banda, la izquierda, por donde el portugués ha construido una autopista para uso propio: el Málaga es el que más ha centrado desde ese costado (523 veces) y Duda es el zurdo más relevante del campeonato en este aspecto con 241 balones puestos en el área. Josemi, ahora en el Liverpool, dejó su sello por el lado derecho (110).

Pero la historia puede convertirse en leyenda este año si los relevos de Salva y Diego Alonso (19 y 6 goles respectivamente) no encajan en el engranaje de una filosofía muy prosaica pero efectiva de entender este deporte. Wanchope y Amoroso, sobre todo el segundo, son dos goleadores que han llegado para traducir el lenguaje con pocas conjugaciones del equipo andaluz: balón al delantero y resolución rápida. El costarricense y el italobrasileño arrastran problemas en sus rodillas, y ya con 30 años carecen de la agresividad que Salva, Diego Alonso y la explosiva pareja que les precedió, Dely Valdés y Darío Silva. Tampoco se conocen cuáles son exactamente las ideas que su nuevo técnico, Gregorio Manzano, quiere implantar en este nuevo proyecto del conjunto malacitano. Las previsiones, en cualquier caso, apuntan a que mañana lloverán balones sobre el área zaragocista y que Romero se enredará en las piernas de Movilla en un partido en el que ganara quien tenga más cabeza. Fría o caliente.