El dilema se intuía ya hace tiempo con el regreso de Matuzalem, pero a Víctor se le ha adelantado con el buen nivel de Celades en el último tramo del choque ante el Espanyol y, en menor medida, en Riazor. Luccin, que se perdió la cita ante el Deportivo por sanción, está disponible frente al Valencia y al técnico le sobran piezas para encajar en su doble pivote. El francés es uno de sus jugadores de confianza, Zapater parece de momento intocable por su innegable compromiso y el equipo nota en positivo el fútbol de Celades, al que le falla el motor, pero sigue teniendo intacta su visión de juego. De este modo, el entrenador improvisó ayer una solución intermedia e improbable en el entrenamiento a puerta cerrada, en el que decidió probar con Zapater en el costado derecho para que Luccin fuera la pareja de Celades y Sergio García jugara en la banda izquierda.

La prueba de Víctor se extendió durante dos de los tres partidillos del ensayo, por lo que no fue algo casual. Más, cuando el Valencia de Koeman apuesta por el trivote en la medular --hasta el momento sin buenos resultados--, por lo que no es descabellado pensar en una medular reforzada en el Zaragoza para el partido del sábado y que, de paso, solucionaría por una semana el problema de tener que elegir entre Luccin y Zapater, una cuestión que se dará en breve, cuando Matuzalem tenga el ritmo competitivo para ser titular. Es decir, después del parón navideño.

En la tercera parte del ensayo Víctor recurrió a la variante lógica para la medular y la que es más probable que sea al final la elegida para jugar contra el conjunto valencianista. Óscar, que regresaría al once el sábado y sería la única novedad con respecto a Riazor, se ubicó en la zona izquierda para ocupar la plaza vacante que deja Aimar y Sergio García estaría en la derecha, para dejar la sala de máquinas a Zapater y Celades, la misma pareja que jugó en Riazor y en los últimos minutos frente al Espanyol, el dúo en el doble pivote que mejor rendimiento dio a Víctor durante la temporada pasada. Con esa disposición, Luccin se quedará en el banquillo por primera vez en lo que va de curso, una decisión nada fácil de tomar para Víctor, que apostó fuerte por el francés y que lo ha mantenido contra viento y marea en el once a pesar de que su rendimiento, lejos de mejorar, ha ido bajando con el tiempo.

Gesto inapropiado

Luccin aseguró en sala de prensa que entendería la decisión de quedarse fuera y elogió el buen papel que han hecho Celades y Zapater en su ausencia. Sabe, además, que el gesto que hizo en su último partido fue más que inapropiado. Fue expulsado, al ver la segunda amarilla por una dura entrada a Riera, y recibió la recriminación de Diego Milito mientras él se dedicaba a protestar al árbitro. De camino a los vestuarios, recibió la bronca de la grada y él se quitó la camiseta antes de abandonar al césped. Eso sí, al día siguiente pidió disculpas en el vestuario a sus compañeros.

El ensayo de ayer en la Ciudad Deportiva, ante un equipo que completaron varios jugadores del filial, sí dejó claro que Víctor tiene pocas dudas en el resto de las líneas. Repetirá defensa, con César en la portería y Diogo, Sergio, Ayala y Juanfran en la defensa, ya que el valenciano mantendrá su puesto en el lateral zurdo --además todo apunta a que Paredes no se recuperará a tiempo de su contractura en el cuádriceps-- y en la delantera jugarán Oliveira y Diego Milito a la espera que la química entre ambos vuelva en La Romareda, porque el brasileño no hizo un buen partido en Riazor. Pero la pequeña duda está en la medular, donde Víctor debe tomar una decisión delicada --el banquillo-- para uno de sus hombres de confianza. Así las cosas, el once más probable sería el formado por César; Diogo, Sergio, Ayala, Juanfran; Zapater, Celades; Sergio García, Óscar, Milito y Oliveira.