El ciclismo aragonés está de enhorabuena. A los altoaragoneses Jorge Arcas, Sergio Samitier, Jaime Castrillo y Fernando Barceló se ha sumado este año un quinto profesional en el pelotón nacional. Es el turolense Javier Comín. El ciclista nacido en Alcañiz hace 25 años ha dado un paso decisivo en su trayectoria deportiva desde que comenzó a practicar ciclismo en un localidad natal a los seis años. «Estuve en todas las categorías de promoción y subí un escalón con 15 años fichando por el Bajo Aragón Histórico. Fue un impulso muy grande para la gente de la zona al tener un equipo en casa. Todo ello fue gracias al impulso de José Antonio Hernando y Santi Catalán, que hicieron un trabajo perfecto al dar ese último empujón», indica el corredor turolense.

Comín llegó a ser internacional en la categoría júnior con España y en la categoría sub-23 fue subcampeón de España de ultra maratón en BTT. Corrió con en Control Pak de Valencia durante tres años en amateurs. Pero la pasada campaña tuvo un parón por una lesión en la rodilla y dejó la competición de lado. Todo ha cambiado esta temporada como del negro al blanco. «Me invitaron en el Massi Vivo Conecta el invierno pasado en Viella a un campus de entrenamiento al tener un conocido en el equipo. Es un conjunto paraguayo de la categoría Continental, la misma que el Kern Pharma de Jaime Castrillo, y tiene su sede en la localidad pirenaica. Me hicieron unas pruebas de esfuerzo, me vieron bastante bien y me ofrecieron fichar con el equipo». No fue una sorpresa para el turolense llegar a la escuadra sudamericana. «Tenía relación con ellos desde hace dos años, subía bastante a entrenar allí y el último año ya me hicieron la oferta», apunta.

Comín firmó el contrato el 1 de agosto y desde entonces ha subido con mucha frecuencia a entrenarse en invierno al Pirineo catalán. «Estaba dos semanas y volvía a Sobradiel, la localidad donde resido y así varias veces. Posiblemente a final de febrero nos vayamos a Sudamérica un mes y medio disputando varias carreras. Ese será el debut con mi nuevo equipo».

El Massi Vivo lo componen doce corredores, de los que tres son españoles. Junto a Comín están Rubén Caseni y Lucas Casas, los dos leridanos. También hay un francés, un belga y el resto son sudamericanos.

Un rodador

El aragonés se define como un corredor completo. «Me defiendo en todos los terrenos, pero sobre todo soy bastante rodador y me vienen bien las contrarelojs. En la montaña me defiendo bastante bien. Los esprints reducidos con poca gente y en subida se me dan bien», describe. Su objetivo está muy claro. «Este año va a ser mi prueba de fuego puesto que nunca he sido profesional. Quiero hacer las cosas bien. Aprender, aprender y aprender en la categoría lo máximo posible y ayudar al equipo en todo lo que pueda por la confianza que han depositado en mí», afirma el nuevo corredor profesional. Se define como un ciclista «bastante nervioso y me gusta que haya movimiento», reconoce.

Comín ha coincidido con los otros cuatro aragoneses en muchas carreras. «Sobre todo en pruebas amateurs y más con Samitier bastante en la escuela. Hay muy buena relación entre nosotros. Es un orgullo que haya cinco ciclistas profesionales en Aragón. Destacaría el sacrifico de todos nosotros porque tenemos que dejar muchas cosas de lado por la bici. Hay que echar muchas horas a lo largo del día y un promedio de 30 horas a la semana», indica.

Comín ve el pelotón profesional español con pesimismo el ciclismo como medio de vida y para poder progresar en la élite mundial. «Estamos escasos equipos, sobre todo para la gente joven y hay que salir fuera de España». No es lo mismo en amateurs en Aragón. «Tenemos tres equipos, La Tova, el Club Ciclista Oscense y el Club Ciclista Iberia. Eso es una muy buena noticia para los chavales aragoneses porque cuando pasan de la júnior a la sub-23 tienen tres conjuntos de casa», explica Comín.