A Fernando Hierro le toca elegir, o así debería ser, el sucesor de Hierro. Tras el fulminante despido de Julen Lopetegui le correspondió a él asumir, de forma provisional, el banquillo de la selección, pero, tras la eliminación ante Rusia, ya dejó claro que era algo circunstancial. «Es y ha sido un placer entrenar a estos jugadores», afirmó el técnico andaluz insinuando así su renuncia a continuar asumiendo esa responsabilidad. Ahora, colgado el chándal en el vestuario y colocado, de nuevo, el traje y la corbata, metido en su papel de director deportivo de la federación, le corresponde dar una lista de candidatos a pilotar la reconstrucción de ‘la Roja’ tras un Mundial muy gris.

Una reconstrucción compleja porque se van grandes mitos que han sostenido esta selección en la última y exitosa década (Iniesta, Piqué y, tal vez, Silva) al tiempo que el modelo futbolístico necesita una urgente regeneración. La lista que Hierro, una vez pase el tremendo dolor de la caída rusa, debe presentar a Luis Rubiales, el presidente de la federación, es de capital importancia. No se puede equivocar.

A diferencia de lo que ocurrió con la marcha de Vicente del Bosque, Hierro no puede mirar hacia la sub-21 para ascender a Albert Celades, cuyo buen trabajo en las categorías inferiores no está teniendo tanto eco como el de Lopetegui, que llegó desde abajo. El retrato robot del nuevo seleccionador pasa por defender la figura de un técnico español, que además no tenga equipo, por lo que permitiría que la negociación fuera más sencilla para la contratación del próximo seleccionador.

Las candidaturas

El pragmatismo de Quique Sánchez Flores, despedido por el Espanyol hace dos meses, viene avalado por su cercanía con los poderes mediáticos de Madrid y ahora mismo quizá sea el gran canditao, aunque hay más. Míchel suena. Siempre suena el extécnico del Málaga, a quien echaron en enero pasado de La Rosaleda tras una etapa muy negativa en el club andaluz.

El extrenador del Barcelona Luis Enrique, que ha vivido su primer año sabático tras abandonar el Camp Nou, es la apuesta más sólida por los méritos contraídos (sus éxitos en el equipo azulgrana le avalan), a la vez que arriesgada por su fuerte carácter, lo que puede jugar en su contra para ser el elegido.

El exzaragocista Paco Jémez, otro técnico de sangre caliente en sus formas, aguarda turno tras ser despedido de la Unión Deportiva Las Palmas, aunque su cartel no es tan bueno ahora mismo como el de otros candidatos, mientras que la mirada romántica y aventurera de Quique Setién, que tiene contrato con el Betis, se asoma en el horizonte, pero ese contrato con el club verdiblanco obligaría a un fichaje más complicado.