La Policía Nacional detuvo ayer en Murcia al exjugador, empresario y agente de futbolistas Quique Pina, actual consejero delegado del Cádiz, en una operación contra el blanqueo de capitales procedente de traspasos de jugadores y otras actuaciones irregulares. La detención del controvertido empresario, cuya trayectoria como gestor deportivo ha estado acompañada por el éxito y la duda, se produjo a las ocho de la mañana en su domicilio de la localidad murciana de Molina de Segura.

Mientras la Policía registraba las dependencias del Granada, club del que fue presidente, y del Cádiz, del que actualmente es también responsable del área deportiva, intervenía diversa documentación en su vivienda. La operación la llevaron a cabo agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía, dirigida por el juzgado central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

Pina, que pasará hoy a disposición judicial, fue propietario del Club de Fútbol Ciudad de Murcia, con el que ascendió hasta la Segunda División, presidente del Granada y en el 2011 asumió la dirección deportiva del Cádiz.

Tras no triunfar en el césped como jugador, Pina alcanzó la fama y el prestigio fuera de los terrenos de juego; primero, siendo mediador y pieza clave en la llegada de importantes futbolistas a España, casos de Riquelme, Anelka, Saviola o Vieri; y, después, al frente de clubs como el Ciudad de Murcia, el Granada o el Cádiz.

Una lesión cuando jugaba en el Mérida le obligó a cambiar el pantalón corto por los despachos y en estos fue protagonista de hitos como llevarse la plaza del Ciudad de Murcia a Granada para ser ocupada por el Granada 74, una operación sin precedentes en el fútbol español.

En la ciudad nazarí se colocó al frente del histórico Granada CF, que estaba en Segunda B y al borde de la desaparición por las deudas; y se asoció con el italiano Gino Pozzo, actual dueño del Udinese italiano y del Watford inglés, para llevar a la entidad de la quiebra casi total al saneamiento y a Primera División.

Murciano e italiano tejieron una red de relaciones entre los tres clubs con muchos jugadores cambiando de país y de entidad, a la vez que basaban el éxito económico en adquirir un gran número de futbolistas prometedores a buen precio y venderlos una vez alcanzado el éxito. El pasado año Pozzo también fue investigado por la justicia por delitos fiscales.

El Granada pidió ayer a la federación más tiempo para poder fichar ante los problemas ocasionados en la entidad por los registros policiales realizados durante todo el día en su sede.