La mayoría de los jugadores del Racing se quedó sin jugar probablemente el partido más importante de su vida, pero no hubo marcha atrás. Sin cobrar durante cuatro meses y sin haber conseguido forzar la dimisión del presidente del club cántabro, Ángel Lavín Harry y de los miembros de su consejo de administración, los futbolistas del cuadro montañés saltaron al terreno de juego en compañía de los de la Real Sociedad, el árbitro, el extremeño Gil Manzano, dio el pitido inicial a la hora prevista, pero no hubo partido.

Puso el balón el juego la Real y el Racing no quiso disputarlo. Sus once titulares se limitaron a agruparse al borde del círculo central; los suplentes y el entrenador, Paco Fernández, se alinearon al borde del terreno de juego y los rivales se pasaron tranquilamente la pelota durante 43 segundos hasta que la lanzaron fuera. El colegiado se acercó a los locales, les preguntó si estaban dispuestos a ponerla de nuevo en juego y ante su negativa dio por finalizado el encuentro.

Hoy a las dos de la tarde se reúne el Comité de Competición para decidir la sanción correspondiente por incomparecencia o retirada: pérdida de la eliminatoria, imposibilidad de participar en la próxima edición y una multa a la entidad de entre 3.000 y 12.000 euros.

Una minucia comparado con lo que los futbolistas del Racing consiguieron en El Sardinero, pese a las trabas que no dejó de poner la directiva, que no abrió ni las taquillas, pese a lo cual unos 10.000 aficionados pudieron ocupar las gradas para mostrarles su apoyo incondicional y su rechazo más enérgico a la figura de Harry, el títere de Francisco Pernía, el anterior presidente, que no dimitió pese a que puede estar viviendo sus últimas horas al frente del Racing.

Hoy se celebra la junta de accionistas, en la que estará Anur Arlsan, el administrador judicial de WGA, propietaria del 98,9% de las acciones del club después de despedir a Ali Syed. Su intención es sustituir al consejo y hacerse cargo de la gestión del club. Esa es la gran esperanza de jugadores y técnicos del Racing, que tras el baño de afecto recibido en algo muy parecido a una vuelta de honor, y 25 minutos más tarde en otra salida al campo para agradecer su respaldo a los seguidores, que continuaban en las gradas sin abandonar sus localidades. Por la mañana ya se habían visto arropados en Santander por el presidente de la AFE, Luis Rubiales.

LIMPIAR LA BASURA "Ha sido una decisión muy difícil. Lo hemos hecho por respeto al fútbol y, sobre todo, por respeto a nosotros mismos. La dignidad personal y profesional están por encima de todo", dijo después en rueda de prensa Paco Fernández. Mariano, el jugador clave para la clasificación para cuartos de final, fue más enérgico: "No vamos a dejar que se pisen nuestros derechos. Hemos renunciado a lo que más nos gusta y es una pena que este sueño acabe así. Esperemos que mañana haya buenas noticias. Es una pena, pero también es un día grande. Vamos a ver si limpiamos toda esta basura del fútbol español entre todos".