El buen papel en el filial le abrió el camino del primer equipo, donde tomó la alternativa con continuidad después de la mala puesta en escena de Irureta, apuesta principal de aquella dirección deportiva para la titularidad la temporada pasada. De segundo plato, Ratón terminó comiéndose el primero. Sin embargo, nunca dejó de ser opción secundaria para el club: primero en el último mercado de invierno, un hecho puesto de manifiesto con el fichaje de Saja para que jugase más de lo que luego lo hizo, e incluso posteriormente cuando Láinez no dudó y le dio los galones en la recta final de la Liga, la que condujo a la salvación in extremis en Segunda.

Por ello, este verano la situación de Ratón no ha cambiado mucho. El Real Zaragoza buscó desde el principio un guardameta con poso de titular, alguien, a priori, un peldaño por encima del gallego. Errado el tiro de Alberto, que acabó en el Rayo, la SAD continuó escudriñando el mercado en busca de un primer plato. Al final apareció Christian Álvarez, un arquero con bagaje en Primera aunque con una inactividad de un año.

En los cuatro partidos de Liga disputados hasta ahora, Ratón ha sido titular. No ha estado mal, tampoco bien. Ayer, por primera vez, Natxo González consideró «factible» el cambio bajo palos. La historia de Ratón es la de un sí pero no. El club entiende que es un guardameta de nivel medio para Segunda, pero siempre ha aspirado a algo más, aunque hasta Álvarez, que cuando juegue se situará en el lugar que merezca, todas las apuestas han acabado siendo menos.