Veinte años después de estrenarse en La Romareda como titular en el Madrid de la mano de Jorge Valdano, Raúl González sigue en la brecha. Ayer, al día siguiente de celebrar el vigésimo aniversario de una fecha tan especial, se hizo oficial que el máximo goleador madridista de todos los tiempos (323 en partidos oficiales en 16 temporadas por 273 de Ronaldo en seis), jugará el año que viene en el Cosmos de Nueva York, que milita en la Segunda División estadounidense (NASL) con la idea de colarse en la temporada siguiente en la MSL.

Dicen que Florentino Pérez le tanteó hace unos meses con la posibilidad de hacerle un hueco en el Madrid como director deportivo, pero el antiguo siete blanco, de 37 años, ha decidido marcharse a Nueva York para seguir en activo y haciendo caja. En principio, seguirá jugando el año próximo y cuando cuelgue las botas supervisará como asesor técnico la Academia Juvenil del Cosmos, que echará a andar en el 2015. En la comunicación de su nuevo club no se concreta la duración del contrato. Únicamente se habla de "varias temporadas".

Es probable que Raúl no acabara de ver clara la opción de ponerse a las órdenes de Pérez. Cuando se fue no perdonó, eso sí, un solo euro. Le quedaba un año, se llevó 14 millones y quizás eso influyera en que Florentino tardara tres años en organizarle un homenaje algo peculiar.

En el cartel del partido contra el Ali-Sadd de agosto del 2013 no figuraron ni su nombre ni la palabra homenaje. Resultó, en todo caso, una fiesta grande. Tras dos años en el Schalke 04 y otros dos en el Ali-Sadd, se marcha al Cosmos, donde suspiran por que pueda convertirse en el banderín de enganche que supuso Pelé en su día. "Todos en el mundo del fútbol conocen el nombre del Cosmos y el legado de los jugadores que pasaron antes por este equipo. Me siento honrado de seguir sus pasos", declaró Raúl.