Después de ver cómo se escapaba la primera hoja del trébol con la derrota en la final de la Copa, al Madrid le ha entrado la urgencia. El equipo es consciente de que en la Liga no puede permitirse el mínimo fallo porque en el asiento de atrás tiene a un Valencia sólido, con menos ansiedad que los blancos, obligados a justificar su amplia nómina de estrellas con títulos. El otro mapa al que tampoco deja de mirar el equipo de Carlos Queiroz es el de su competición favorita, la Champions. El equipo parte hoy, sin el sancionado Beckham, hacia Mónaco para defender el 4-2 de la ida.

Con presión, con 21 puntos por delante, el Madrid enfila la recta final de una Liga incierta, de la que puede caerse en cuanto trace mal un par de curvas. En Albacete salvó los muebles gracias, en parte, a la suerte. Dos goles de rebote y el de siempre, Casillas. Eso sí, tres puntos de oro porque a estas alturas lo único que importa es sumar.

TODAS LAS ESTRELLAS Así lo entiende Queiroz, que puso a todos sus galácticos en el Carlos Belmonte, sin pasar la hoja del calendario para mirar de reojo al choque de mañana en Mónaco. En Albacete sólo faltó Helguera, con problemas de pubis, aunque sí jugará mañana. El técnico portugués, en contra de su método habitual, hizo los tres cambios para dar descanso a Guti, Zidane y Ronaldo, lo que no impidió un triunfo agónico.

La causa de tanto sufrimiento hay que encontrarla en la capacidad camaleónica de los blancos, destinada a variar su fisonomía en cuanto dejan huella de su gran calidad. Entonces, en lugar de sentenciar, pierden la pelota y llega la desbandada.

Con ese riesgo afrontarán las siete jornadas que restan en la Liga. Un calendario nada cómodo, si se piensa que por el Bernabéu deben pasar aún Osasuna, Barcelona, Mallorca y Real Sociedad. Fuera de casa quedan dos visitas comprometidas, ante el Deportivo y el Atlético. La última será ante un Murcia, que para entonces puede estar ya matemáticamente descendido.

DOS GOLES DE RENTA Ahora, las cuentas de la Liga quedan aparcadas por el otro gran objetivo de los blancos. El Madrid viaja hoy por la mañana a Mónaco para medirse al equipo de Morientes. Con dos goles de renta, al conjunto madridista le espera otro examen, sobre todo en la asignatura que menos domina: el juego aéreo. Morientes, cedido al equipo de Principado, ya dejó su sello en Madrid con el segundo tanto de su equipo. Pese a ese temor, al Madrid no se le pasa por la cabeza caer eliminado ante el conjunto de Didier Deschamps.

"Me da igual su sufrimos poco o mucho como contra el Bayern Múnich. Lo que quiero es estar en semifinales", afirmó ayer Casillas que, por otra parte, mostró su confianza en que su equipo logre marcar en el estadio Luis II de Mónaco. "Estamos seguros de que marcaremos para no complicarnos la eliminatoria. Me es indiferente si Morientes consigue tres goles si nosotros hacemos otros tres", añadió el meta madridista.