Iker Casillas, con dos intervenciones geniales, mantuvo el crédito del Real Madrid en Europa, en un partido intenso, eficaz de Owen, autor de su primer gol con su nueva camiseta, y con permiso de un rival, el Dinamo de Kiev, al que le falta mucho gol si quiere seguir vivo en el torneo.

Salió el Madrid con su alineación más ofensiva. Un equipo donde crear está por encima de destruir. Y donde Iker, Salgado, Helguera, Pavón y Roberto Carlos sabían que iban a sufrir.

Michael Owen adelantó al Madrid a los 35 minutos. Primer balón que tocaba, primera pelota que entró en el portal de Shovkovsky. No hizo más el inglés, del que se debe esperar mucho más. El Dinamo de Kiev pudo sacar más rédito de su visita a Madrid. Pero cuando llegaba al área de Iker, a sus delanteros se les hacía de noche. Ni Satskikh, ni Kleber veían con claridad el portal de Iker, que sacó dos balones imposibles en la recta final del partido.