El desembarco del Real Madrid en la Liga femenina de fútbol ha sido largo y costoso. Lo hace en el 2019, en plena explosión mediática y social, y cuando los equipos más importantes de Europa que tenían esta carencia, como Juventus o Manchester United, habían decidido dar este paso con una apuesta contundente. La vía elegida por Florentino Pérez no ha sido la creación desde el origen, sino la adquisición de una licencia de un equipo recién ascendido a la primera división Liga Iberdrola. En este caso el CD Tacón de Ana Rossell.

La noticia viene a corroborar las declaraciones que en los últimos años ha ofrecido la propia Rossell en diferentes entrevistas, asegurando que el día que ascendieran serían comprados por el Real Madrid. No sorprende por tanto la acción, pero sí el momento. Lo hace tan solo dos meses antes del inicio de la próxima temporada, el 8 de septiembre, y cuando todas las grandes jugadoras con opciones de moverse han encontrado acomodo en otros equipos.

La adquisición por unos 400.000 euros del CD Tacón, club que apenas tiene cinco años de antiguedad, se hará oficial en la próxima reunión de la Junta Directiva y a partir de ahí el equipo echará a rodar en el actual formato, cambiando su sede a Valdebebas y tratando de trabajar la cantera a partir de la siguiente temporada, cuando estaba previsto este movimiento en origen.

Explosión de las mujeres

Florentino Pérez toma esta decisión en mitad del año de la explosión definitiva de las mujeres en este deporte. Primero, con la mayor visibilidad otorgada por éxitos de aforo vividos en San Mamés o Wanda Metropolitano. Después, por producirse durante el Mundial femenino de fútbol en Francia, donde la FIFA ha duplicado primas y se han pasado de tres a 18 patrocinadores con grandes marcas como Adidas, Visa, Coca Cola o Hyundai a la cabeza de las compañías que previeron el éxito mercantil de esta cita.

La incorporación se produce en el mejor momento y llegando directamente a la élite, donde se encontrará un panorama a favor del crecimiento. La Federación anunciaba esta semana que todos los partidos serán emitidos por televisión y que aportará 20 millones de euros directos, aunque está por decidirse el formato de la competición tras varios meses de conflicto entre la dirección de Rubiales y la Liga que tendrá que resolverse con una nueva competición bajo la dirección de la propia RFEF. El club también tendrá que responder a las exigencias laborales y económicas de las futbolistas, que desde octubre luchan por tener un convenio colectivo que limite sus horas de trabajo, vacaciones y demás cuestiones cotidianas que hasta ahora no estaban plasmadas sobre el papel.