Roger hizo el partido de su vida del primer al último minuto, con Henríquez en la grada recuperándose de los efectos de la gripe. El delantero encendió la mecha con su poderosa velocidad y provocó un partido de fuegos artificiales y felicidades para un Real Zaragoza que cierra la primera parte en cuarta posición, a un punto de las posiciones de ascenso directo, y con La Romareda si no rendida a sus pies, sí más comprensiva y próxima que nunca con los jugadores. Eran ellos quienes debían de ganarse su corazón y lo hicieron.

El ariete, que venía de marcar en Gijón, no se bajó del tren de la ambición y se personó en los tres tantos que decapitaron a un Alcorcón tímido e insulso, un rival que acabó con diez. Intervino para que Barkero firmara la primera diana después de una irrupción que desvío Dani a los pies del guipuzcoano, quien empujó la pelota a portería vacía; marcó el segundo en una carrera plena de fe, astuacia y habilidad y colaboró en el tercero después de que Babín le derribara dentro del área y viera la roja por esa acción. Luis García no falló desde los once metros.

Roger fue, con diferencia, la estrella de la tarde. Será difícil que esta semana esquive las entrevistas en los medios y los autógrafos de los seguidores. Lo cierto es con Henríquez seco en el área y ausente por enfermedad, no se dejó atropellar por la responsabilidad. Al contrario, la buscó en cada balón y ayudó en defensa en una imponente exhibición de derroche físico.

Con el chico en ese plan, sus compañeros no quisieron ser menos. La apuesta de Herrera de asociciar a Barkero y Luis García en el centro del campo dejaba una duda en el arranque. Son futbolistas en el otoño de sus carreras y podían provocar un desequilibrio de fuerzas. No desentonaron libres de cargas que no fueran las creativas porque Paglialunga se ancló en la medular con una jerarquía y criterios inusuales en el argentino. Mario otorgó serenidad y salida al balón, siempre por pasillos sencillos y dañinos para la timorata primera línea de presión de los madrileños.

El encuentro sesteaba tras el gol de ventaja, pero no Roger, que leyó una mala cesión al portero para poner el turbo, burlar la salida de Dani y embocar la pelota dentro. Rapidez, astucia, estado de gracia y definición. El Alcorcón expiró en esa primera parte. Quiso resucitar en la segunda, pero de nuevo apareció a toda máquina Roger para ser derribado por Babín dentro deñ área. Penalti, roja para el defensa y penalti transformado por Luis García.

El estadio es sabio. Pacheco acortó distancias en una mala decisión de Montañés, quien había protagonizado otra estupenda actuación, y con un disparo estratosférico por el que nada pudo hacer Leo Franco. Sí, la afición es muy inteligente. Con 3-1 y pequeños fantasmas merodeando el encuentro, se alió con sus jugadores, los arropó, mimó y cantó a su favor. Le dio la bienvenida a casa porque en el fondo es su hijo, sobre todo cuando puede sentirse orgullosa de él por este sobresaliente tras tantos suspensos. Lo de Roger fue de matrícula de honor.

Ficha técnica:

3 - Real Zaragoza: Leo Franco; Cortés (Laguardia, min.64), Alvaro, César Arzo, Rico; Paglialunga, Luis García, Barkero (Víctor Rodríguez, min.73), Acevedo; Montañés (Javi Alamo, min.81) y Roger.

1 - Alcorcón: Dani Giménez; Iribas, Babin, Chema Rodríguez, Camille; Rubén Sanz, Jony (Sergio Prendes, min.63); Juli (Serrán, min.63), Martínez, Pacheco; y Javito (Fernando Sales, min.76).

Goles: 1-0. min.14. Barkero; 2-0. min.28. Roger; 3-0. min.56. Luis García (penalti); 3-1. min.79. Pacheco.

Árbitro: Pérez Pallás (Comité Gallego). Expulsó con roja directa al visitante Babin (min.53). Amonestó con tarjeta amarilla al zaragocista Luis García y al alcorconero Pacheco.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 21 de la Liga Adelante disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 10.000 espectadores.