Al Real Zaragoza se le ha escapado el Memorial Carlos Lapetra en el minuto 89. Empezó ganando con un gol de Adán Pérez en la primera parte y el Villarreal remontó en la recta final de la segunda. Primero Uche y luego Espinosa impidieron el triunfo del conjunto de Víctor Muñoz, un resultado que estuvo al alcance por fútbol y méritos colectivos de un grupo rejuvenecido y por hacer sobre todo en ataque. No hay lamento en esta derrota. Muy al contrario. Aun siendo un encuentro amistoso y con la plantilla y el equipo en el horno, el Real Zaragoza compitió como veterano recién nacido, sostenido en la solidaridad, la pujanza defensiva y una salida limpia de la pelota, casi siempre con Javi Álamo y Ruiz de Galarreta como faros de potente iluminación.

No ha sido fácil, ni lo está siendo, está transición del abismo de la desaparición a armar un equipo creíble. Y con ajustes económicos posguerra mundial. Se esperaba uno de esos encuentros bajos de calorías, de esfuerzos medidos frente a un enemigo de altura, de Primera. El Real Zaragoza sumó, uno tras otro, futbolistas aguerridos y orden, juventud, apetito y descaro. Hacía mucho tiempo que este honorable torneo no se respetaba tanto por los protagonistas. Entre los canteranos y los recién llegados, todos con un fuerte ánimo de reivindicación y de ilusión por aprovechar la oportunidad que les ha deparado el destino, le hicieron el partido casi imposible al Villarreal.

Adelantada la defensa, veloz al quite, y con Adán, delantero, ejerciendo de primera línea de presión, el Real Zaragoza acortó las distancias y evitó apuros a Whalley, quien va camino directo a la titularidad. Apenas intervino el portero y cuando lo hizo estuvo muy despierto. El trabajo tribal y la presión es algo común, pura estrategia y predisposición. No así la imaginación, la fantasía en donde se engendra el juego. Allí, Ruiz de Galarreta, alias Galaxy, le dio sentido a todo. Marcó pases finos en corto y gruesos en largo, y moldeó el balón con la paciencia que se necesita en toda transición.

Javi Álamo, con el brazalate de capitán, representó mejor que nadie este salto interplanetario entre el negro pasado y el futuro más agradable que se presume. El canario voló por todo el campo, varias marchas por encima de sus compañeros, con el combustible físico y técnico a tope. La concepción atacante fue suya incluso en el gol de Adán, quien en principio no cuenta para Víctor. Álamo cabalgó, condujo y asistió incluso para el 2-0, pero Barkero no aceptó el regalo. Tras esa jugada, el Villarreal encontró sus goles y una victoria por la que tuvo que luchar.

Con la Liga aplazada, la plantilla en construcción y, siendo sinceros, dudas por despejar, el Real Zaragoza supo a qué jugar, pudo vencer al Villarreal y sacó aplausos de La Romareda, que se divirtió con una cita en nada veraniega. Eso es mucho, puntos de credibilidad con los pies en la tierra y el corazón caliente después de ocho temporadas de glaciación.

Ficha técnica:

1 - Real Zaragoza: Whalley; Jose Fernández, Vallejo, Cabrera, Rico; Ruiz de Galarreta, Paglialunga; Javi Álamo, Adán, Pedro; y Muñoz. También jugaron: Porcar, Jorge, Barkero, Guti, Nieto y Kilian.

2 - Villarreal: Asenjo; Mario, Musacchio, Víctor Ruiz, Vietto; Jokic, Bruno, Pina, Moisés, Gerard Moreno, Cani; y Vietto. También jugaron: Juan Carlos (ps), Dorado, Dos Santos, Nahuel, Uche, Trigueros, Cherysev, Jaume, Gabriel, Rukavina, Espinosa.

Goles: 1-0. Min.29, Adán; 1-1. Min.83, Uche; 1-2. Min.90, Espinosa.

Árbitro: Sagüés Oscoz. Amonestó con cartulina amarilla por el Villarreal a Víctor Ruiz y Cherysev, y por el Real Zaragoza a Kilian.

Incidencias: partido correspondiente al XLIV Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra disputado en el estadio de La Romareda en tarde veraniega con terreno de juego en buen estado ante unos 3.500 espectadores.