Se impuso la lógica en el pabellón Olímpico de Granollers. El equipo local, segundo clasificado, no tuvo mayores dificultades para llevarse el triunfo ante el Balonmano Aragón... o lo que queda de él. El equipo zaragozano, que volvió a desplazarse en furgonetas, viajó con lo puesto, doce jugadores --el mínimo legal--, alguno de ellos llegado directamente del Segunda Nacional. Pese a todo, los que quedan tiraron de orgullo, pelearon hasta donde les llegaron las fuerzas y cayeron por un resultado abultado pero no deshonroso. Porque la vergüenza no deben sentirla quienes han decidido seguir de pie entre las ruinas --unos pocos jugadores y el cuerpo técnico--, sino aquellos que, con sus erróneas decisiones, con sus siempre falsas esperanzas, han ido convirtiendo el club en escombros, llevándolo a la quiebra y al borde del abismo.

El encuentro empezó con 10 minutos de demora a consecuencia de problemas con la iluminación del pabellón, pero no enfrió a los jugadores ni a los aficionados de Granollers, que siguen muy ilusionados con el equipo. En los primeros 10 minutos, el partido fue muy igualado. El Aragón empezó plantando cara al Granollers, pero el juego del equipo zaragozano fue a menos y los locales consiguieron un parcial de 3-0 (6-3, min. 15) que les sirvió para empezar a construir la victoria.

Los locales tenían problemas en ataque y no conseguían terminar con claridad sus jugadas, pero su eficaz defensa y un muy seguro Matías Schulz bajo los palos evitaron que los de Mariano Ortega se acercaran en el marcador. El Granollers supo aprovechar la falta de conexión entre los jugadores del Aragón, que sólo tenía en la plantilla a cinco de los que empezaron la temporada. El resto se fue en el mercado de invierno porque el club, a causa de su mala situación económica, les dio la carta de libertad, y la entidad ha ido cubriendo los huecos con jugadores del Segunda Nacional.

Al descanso se llegó con 13-7 en el marcador y en la reanudación ya fue todo un monólogo del Granollers, que pudo quitar una marcha para sumar dos puntos más y en el que debutó en Liga Asobal el portero del filial Gerard Forns. El Aragón continúa a mitad de tabla y todavía con un buen colchón de puntos con respecto a los puestos de descenso, pero su futuro es más incierto y oscuro cada día que pasa. Lo único seguro es que dentro de una semana recibirá al Anaitasuna.