María José Pueyo corre ahora por placer. La altoaragonesa de 48 años fue una de las mejores maratonianas al principio del siglo XXI. Ganó dos Nacionales de la distancia y fue olímpica en los Juegos de Pekín. Pero la vida ha cambiado para la serrablesa. Ayer Pueyo volvió a sus orígenes, a los años que se entrenaba en el Olimpo con Santiago Chivite. Por eso se impuso en los 10K del Pilar, que se celebraron en el Parque José Antonio Labordeta, en una mañana soleada y calurosa.

Esta prueba de ruta, una de las más veteranas del calendario regional, la organiza el Olimpo de Santiago Chivite. Y que mejor manera de acordarse de su amigo que vencer en esta cita de tanta tradición. Chivite fue uno de los grandes impulsores de carreras populares que ahora están tan en boga. Pero ahora hay una sobredosis de competiciones de estas características. De una tacada se han celebrado en septiembre y en domingos consecutivos Bomberos, la Correría de la Guardia Civil y la Carrera de los Niños. Ayer le tocó el turno a los 10K del Pilar.

Esto se notó en la salida que se dio en el Paseo de San Sebastián a las nueve y media de la mañana. La organización esperaba unos mil federados y escolares. Pero al final se quedaron en algo más de 300. Eso es debido a que los fondistas están saturados o tienen que escoger entre tantas carreras.

Pueyo se impuso con un tiempo de 38.43 en un circuito atractivo de dos vueltas que visitaba el Canal Imperial y los rincones más atractivos del pulmón de Zaragoza. Tras la fondista altoaragonesa llegó a meta Beatriz Martínez con 39.15 y tercera Paula Morago con un tiempo de 41.33.

En la categoría masculina la lucha estuvo más reñida en las plazas del podio. Solo en la recta final Pablo Romeo fue el mejor con 34.20, seguido de Dani Ejarque con 34.25 y Roberto Clavijo, un gran amigo de María José Pueyo, con un tiempo de 34.27. Y la guinda de la mañana la pusieron las pruebas para los participantes más pequeños. Todos se lo pasaron bomba disputando un kilómetro.