El Scorpio Mondo cuenta con dos diamantes en el sector de lanzamientos. Son Pilar Oliván e Isabel Cebollada. Tienen menos fama que parejas fantásticas como son las marchadoras María José Poves y Maite Gargallo o las pertiguistas Silvia Monfort y Ana Rebenaque, pero su temporada al aire libre las ha convertido en dos pilares del equipo amarillo .

Isabel y Pilar son las dos mejores lanzadoras de Aragón del momento con unas filosofías de la vida bien diferentes. Oliván tiene 29 años y es una currante para la que el atletismo es un complemento en su vida. "Tengo un negocio propio y te exige estar muy pendiente de él. Eso es lo primero y el deporte viene detrás, puesto que del atletismo se recibe poco. Para mí, los lanzamientos son un reto personal y una diversión. Me sirve para superarme". Trabaja en un restaurante diez horas diarias. Por la tarde coge la bolsa de deportes y se va a las pistas pese a que hay momentos en los que "no me quedan ganas de entrenarme", indica Oliván.

Los sueños de Cebollada

Isabel Cebollada está entre las mejores lanzadoras juniors de España. Su ilusión sería llegar a lo más alto en el atletismo. Este año ha sido campeona de España júnior de peso bajo techo en la capital aragonesa y sueña con disputar unos Juegos Olímpicos. Nacida en Zaragoza hace 18 años, tiene toda la vida por delante. "Trabajo en dos colegios, La Alborada y el Eugenio López, y me estoy sacando el carnet de conducir, pero no me importaría volcarme con el atletismo emigrando a la Blume de Madrid o de Barcelona. Allí me volcaría más con los lanzamientos y tendría metas mucho más ambiciosas. Además, a nivel personal y deportivo podría experimentar nuevas cosas", opina Cebollada, aunque la ventaja de estar en Zaragoza es que "entrenando dos horas al día en vez de cinco, no me como tanto el tarro con el atletismo", confiesa la jabalinista.

Pese a que compiten en un sector bastante olvidado, puesto que la mayoría de los titulares se lo llevan las carreras, su progresión no ha pasado desapercibida. "He batido el récord de Aragón de peso bajo techo y al aire libre cuatro veces en esta temporada", recuerda Oliván. En el Palacio de los Deportes tiró 13,62 y al aire libre comenzó su serie en los 13,08, después tiró 13,39 y hace dos semanas alcanzó en Sabiñánigo 13,71.

Oliván ha tenido mala suerte con las lesiones. "Hace dos años me rompí un dedo y en la temporada pasada sufrí una fractura de estrés en la muñeca". Este año ha cambiado todo para la zaragozana. "Sólo pido no lesionarme. Estoy cerca de mi techo, aunque me gustaría pasar este año de los 14 metros", apunta Oliván.

Los inicios

Cebollada ha hecho deporte desde pequeña. "En el colegio Inmaculada Concepción practicaba de todo, desde kárate, a atletismo, baloncesto o natación". Pero la modalidad que mejor se le daba era el fútbol sala. "Si hubiera equipos mixtos, habría disputado los Juegos Escolares. Incluso he tenido una oferta para jugar en el Foticos".

A Oliván le hierbe la sangre cuando ve "por televisión atletismo, puesto que sólo salen carreras y la gente no entiende de lanzamientos". Pero se ha dado cuenta de "que no puedo cambiar nada, puesto que el problema viene de arriba y ya no lucho". Ve muy mal que en el Gran Premio Gobierno de Aragón que se disputó el pasado 6 de junio "no hayan tenido el detalle de poner una prueba de lanzamiento femenino. Eso lo veo fatal".

Oliván ha entrenado toda su vida con Octavio Cotaina en un grupo compuesto por Antonio Morón, Raúl Pérez, Laura Roy y Roberto Lahuerta. Cebollada empezó en el atletismo con el discóbolo Pascual Banzo en "el Helios. Hice tenis de los siete a los catorce años y el era el preparador físico. Me echó el ojo y me captó".

Hace pocos días Cebollada hizo la mínima para el Nacional absoluto en jabalina (43,60). Ahora su próxima cita son los Campeonatos de España júnior que se disputan en Zaragoza este fin de semana. "Haré el peso, el disco y la jabalina. El día que lance el peso, que es el 4 de julio, cumplo años. Espero celebrarlo con un oro".