La selección española femenina de hockey sobre hierba se rebeló contra el destino en Londres y conquistó contra pronóstico un bronce que parecía adjudicado a Australia. Las pupilas de Adrian Lock se repusieron de la dolorosa derrota en la tanda ante Irlanda y vencieron ayer por 3-1 para subir por primera vez a un podio mundialista, mejorando la cuarta plaza lograda en Madrid en el 2006. Tras sorprender a Alemania en cuartos, caer en semifinales fue un jarro de agua fría para las Redsticks. Era difícil creer, pero las jugadoras lo hicieron.

«La derrota en semifinales ante Irlanda fue muy dura, pero nos fuimos juntas del campo, llegamos juntas al hotel, no paramos de animarnos y a las 11 de la noche estábamos todas sonriendo jugando a cartas y recuperándonos en el fisio. Desde el primer minuto hemos ido como leonas a por la bola», explicó Berta Bonastre, jugadora del Braxgata belga.

La española marcó el 2-0 después de que María López abriera el marcador en un penalti-córner. Slaterry metió a Australia en el partido (m. 40), pero Alicia Magaz selló el bronce español (m. 51), cuarto podio internacional tras las platas europeas de 1995 y 2003 y el inesperado e inolvidable oro de los Juegos de Barcelona. «Nos daba igual el color de la medalla, solo queríamos una recompensa al esfuerzo de todos estos años», reconoció Bonastre, que ya piensa en el futuro: «Si creemos en nosotras, ni el cielo es nuestro límite. Dentro de dos años, en Tokio, esperamos aspirar a esto y mucho más».